Meteorito impacta en P.E.I. con un estruendoso espectáculo

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Foto: Charlottetown-Meteorite-Strike

El 25 de julio de 2024, en el vecindario de Marshfield en Charlottetown, Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, se registró un evento astronómico sin precedentes: la caída de un meteorito que fue capturada en video y audio por una cámara de seguridad doméstica.

Laura Kelly y su pareja, residentes de la vivienda, regresaban de una caminata nocturna cuando descubrieron un patrón de polvo gris en forma de estrella en su acera. Inicialmente, limpiaron el área sin darle mayor importancia. Sin embargo, al revisar las grabaciones de su cámara de seguridad, observaron la caída del meteorito y el sonido distintivo que produjo al impactar contra el suelo, descrito como similar al de hielo rompiéndose.

Este suceso es notable por ser la primera vez que se registra en video y audio la caída de un meteorito en Canadá, y además, representa el primer meteorito documentado en la Isla del Príncipe Eduardo. El meteorito, posteriormente denominado «Charlottetown», ha sido clasificado como una condrita ordinaria del grupo H5, un tipo de meteorito rocoso que contiene minerales y compuestos orgánicos primitivos.

Los fragmentos recuperados, que varían desde menos de un milímetro hasta siete milímetros de diámetro, están compuestos por cristales finamente granulados, en su mayoría translúcidos, junto con fragmentos metálicos. Estos restos fueron entregados al Dr. Chris Herd, curador de la Colección de Meteoritos de la Universidad de Alberta, para su análisis y conservación.

La comunidad científica ha mostrado un gran interés en este evento, ya que proporciona una oportunidad única para estudiar la trayectoria, composición y características de los meteoritos que ingresan a la atmósfera terrestre. La combinación de evidencia visual y auditiva permite una comprensión más profunda de estos fenómenos y sus interacciones con nuestro planeta.

Este acontecimiento ha capturado la atención tanto de científicos como del público en general, destacando la importancia de la vigilancia y el registro de eventos astronómicos. La posibilidad de que dispositivos domésticos capten fenómenos de esta naturaleza abre nuevas vías para la investigación y el entendimiento del universo que nos rodea.


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