Lo que comenzó como un acto de desafío en la Universidad de Columbia se ha transformado en un movimiento estudiantil a gran escala en Estados Unidos. Los estudiantes han establecido campamentos, ocupado edificios y desafiado las órdenes de desalojo en respuesta a la guerra en Gaza.
Las protestas, que han estado gestándose durante meses, se intensificaron después de que más de 100 manifestantes pro-palestinos fueran arrestados en el campus de Manhattan de Columbia la semana pasada. Desde entonces, las detenciones han continuado en otros campus, y muchos estudiantes ahora enfrentan cargos por allanamiento o conducta desordenada.
Con las tensiones aún altas en Columbia y algunos estudiantes temerosos de pisar el campus, las autoridades universitarias han decidido cambiar a un modelo de aprendizaje híbrido por el resto del semestre. Este cambio refleja los desafíos que enfrentan las instituciones educativas para equilibrar la seguridad con los derechos de libre expresión.
El movimiento ha cobrado impulso con acciones similares en otras universidades importantes. En la Universidad de Nueva York, 133 manifestantes fueron detenidos y en Yale, 60 personas fueron arrestadas por negarse a abandonar un campamento. En el Medio Oeste, los manifestantes establecieron más de 30 tiendas en la Universidad de Michigan, y en la Costa Oeste, la Universidad Estatal Politécnica de California, Humboldt, cerró su campus debido a la ocupación de un edificio.
Este creciente activismo estudiantil subraya la complejidad de los problemas globales y su impacto en las comunidades académicas, así como el compromiso de los jóvenes con la justicia social y los derechos humanos.