En un análisis exhaustivo de la reciente crisis de salud pública, se ha revelado que la emergencia del mpox, anteriormente conocido como viruela del mono, podría haberse evitado si no se hubieran pasado por alto múltiples advertencias, si las vacunas no hubieran sido tan costosas y si no hubiera habido tanta burocracia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el mpox como una emergencia de salud pública de importancia internacional en agosto de 2024, tras un aumento alarmante de casos en la República Democrática del Congo (RDC) y su propagación a países vecinos.
Desde hace años, expertos en salud pública han advertido sobre el potencial de brotes de mpox debido a la falta de vigilancia y control en regiones endémicas de África Central y Occidental. Sin embargo, estas advertencias fueron en gran medida ignoradas por la comunidad internacional. La falta de inversión en sistemas de salud robustos y en la vigilancia epidemiológica permitió que el virus se propagara sin control.
Uno de los mayores obstáculos en la lucha contra el mpox ha sido el costo exorbitante de las vacunas. A un precio de aproximadamente $100 por dosis, las vacunas han sido inaccesibles para muchas de las comunidades más afectadas en África. La falta de financiación y la distribución ineficaz de las vacunas han exacerbado la crisis, dejando a millones de personas vulnerables a la infección. La OMS ha instado a los fabricantes de vacunas a reducir los precios y aumentar la producción para satisfacer la demanda urgente.
La burocracia ha jugado un papel significativo en la respuesta ineficaz al brote de mpox. Los procedimientos administrativos lentos y la falta de coordinación entre las agencias de salud han retrasado la implementación de medidas cruciales para contener el virus. Además, la falta de cooperación internacional ha dificultado la distribución de recursos y la implementación de estrategias de control efectivas.
El brote de mpox ha tenido un impacto devastador, especialmente en los niños, que representan la mayoría de los casos y muertes en la RDC. La malnutrición y la falta de inmunidad debido a la discontinuación de la vacuna contra la viruela en 1980 han contribuido a la alta tasa de mortalidad entre los niños. La propagación del virus a países que nunca antes habían reportado casos de mpox ha generado preocupación mundial y ha resaltado la necesidad de una respuesta coordinada y proactiva.
La crisis del mpox subraya la importancia de la vigilancia epidemiológica, la accesibilidad a las vacunas y la cooperación internacional en la lucha contra enfermedades infecciosas. Es crucial que la comunidad internacional aprenda de esta emergencia para evitar futuros brotes y proteger la salud global.
La emergencia del mpox podría haberse evitado si se hubieran tomado en serio las advertencias tempranas, si las vacunas hubieran sido más accesibles y si no hubiera habido tanta burocracia. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para abordar estas deficiencias y prevenir futuras crisis de salud pública.