Mohamed Al-Fayed, el multimillonario egipcio que fue dueño de los almacenes Harrods y cuyo hijo Dodi murió en un trágico accidente de coche junto a la princesa Diana, falleció el lunes a los 94 años. Su familia anunció su muerte en un comunicado, en el que expresó su “profunda tristeza” y lo describió como un “hombre extraordinario y visionario”.
Al-Fayed nació en Alejandría, Egipto, en 1929, y comenzó su carrera como vendedor de máquinas de coser. Luego se trasladó a Francia, donde se dedicó al negocio textil y conoció a los hermanos Agnelli, propietarios de Fiat. Gracias a sus contactos, se convirtió en un exitoso empresario e inversor, con intereses en sectores como el petróleo, el turismo, el cine y el fútbol.
En 1985, Al-Fayed compró los almacenes Harrods en Londres por 615 millones de libras, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos y poderosos del Reino Unido. Sin embargo, su relación con la élite británica fue conflictiva, ya que se le negó la ciudadanía británica en varias ocasiones y se le acusó de corrupción y fraude fiscal.
Al-Fayed también fue el propietario del hotel Ritz de París, donde se alojaron su hijo Dodi y la princesa Diana la noche del 31 de agosto de 1997. Esa misma noche, ambos murieron en un accidente de coche en el túnel del Alma, mientras eran perseguidos por los paparazzi. Al-Fayed siempre sostuvo que se trató de un asesinato orquestado por la familia real británica y los servicios secretos, y dedicó gran parte de su fortuna y su energía a intentar demostrarlo.
Tras la muerte de su hijo, Al-Fayed vendió Harrods en 2010 por 1.500 millones de libras al fondo soberano de Qatar. También vendió el hotel Ritz en 2019 por 700 millones de euros al grupo francés LVMH. Al-Fayed se retiró de la vida pública y se instaló en Suiza con su esposa Heini y sus cuatro hijos mayores: Karim, Camilla, Jasmine y Omar.
Al-Fayed será recordado como un hombre controvertido pero carismático, que dejó una huella imborrable en el mundo de los negocios, la cultura y la política.