Un hombre que cumplía una condena a cadena perpetua por el asesinato de su exnovia murió en una prisión de B.C. la semana pasada, según informó el Servicio Correccional de Canadá (CSC, por sus siglas en inglés). El CSC dijo que Michael Wayne McGray, un interno de la Institución de Mountain, falleció el 12 de noviembre de «causas naturales aparentes».
McGray fue declarado culpable de seis asesinatos en Nueva Escocia, Ontario y Quebec entre 1985 y 1998, pero confesó haber matado a otras 11 personas, lo que lo convierte en uno de los asesinos en serie más prolíficos de Canadá. Entre sus víctimas se encuentra Joan Hicks, a quien estranguló en su apartamento de Moncton en 1997, junto con su hija de cinco años, Nina.
La muerte de McGray se produce en medio de un debate sobre la necesidad de implementar medidas de prevención de sobredosis en las cárceles de Canadá, donde se ha registrado un aumento de las muertes por drogas durante la pandemia de COVID-19. Según un informe de la Oficina del Investigador Correccional, 17 internos murieron por sobredosis en el año fiscal 2020-2021, lo que representa el 40 por ciento de todas las muertes en custodia.
El informe recomienda que el CSC amplíe el acceso a los servicios de reducción de daños, como los sitios de consumo supervisado, la terapia de sustitución de opiáceos y los programas de distribución de naloxona, un medicamento que revierte los efectos de las sobredosis. Sin embargo, el CSC ha sido criticado por su lentitud y resistencia a adoptar estas medidas, que podrían salvar vidas y mejorar la salud y la seguridad de los internos y el personal.
El CSC dijo que revisará las circunstancias de la muerte de McGray, como hace en todos los casos que involucran la muerte de un interno, y que notificará a la policía y al forense. El CSC no reveló si McGray tenía algún problema de salud o si había consumido alguna sustancia antes de su muerte.