THE LATIN VOX (4 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
La junta militar de Myanmar ha anunciado la liberación de unos 6,000 prisioneros como parte de una amnistía masiva para conmemorar el 77º aniversario de la independencia del país de Gran Bretaña. Esta medida, que se repite anualmente en ocasiones importantes, ha sido recibida con incertidumbre tanto dentro como fuera del país, especialmente respecto a si la líder democrática Aung San Suu Kyi, detenida desde el golpe de Estado de 2021, formará parte de los liberados.
La amnistía, que también incluye a 180 extranjeros, ha dejado en suspenso el destino de Suu Kyi, quien ha estado prácticamente incomunicada desde que el ejército asumió el poder en febrero de 2021, derrocando a su gobierno democráticamente electo. La Nobel de la Paz, de 79 años, cumple una condena de 27 años por una serie de acusaciones políticas que muchos observadores internacionales consideran motivadas por su oposición al régimen militar.
¿Libertad para Aung San Suu Kyi?
Aunque la junta ha liberado a miles de prisioneros, no hay señales claras de que Suu Kyi esté entre ellos. La líder, que fue arrestada junto a otros miembros de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), ha sido objeto de varios juicios que algunos califican como una farsa judicial. Desde su encarcelamiento, la comunidad internacional ha pedido insistentemente su liberación, pero la junta ha mantenido su postura y sigue sin dar detalles sobre si su liberación será contemplada en el futuro.
El anuncio de la liberación de 6,000 prisioneros fue realizado por el general en jefe de la junta, Min Aung Hlaing, quien otorgó indultos que también beneficiarán a 180 extranjeros, quienes serán deportados.
Entre estos prisioneros extranjeros podrían estar cuatro pescadores tailandeses arrestados en noviembre de 2023, después de que la marina de Myanmar disparara contra embarcaciones tailandesas en las aguas cercanas a la frontera marítima entre ambos países. La primera ministra de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, había manifestado previamente su esperanza de que los pescadores fueran liberados en el Día de la Independencia.
La amnistía: Un recurso usado por la Junta
Este tipo de amnistía masiva no es una novedad en Myanmar. El país ha liberado prisioneros en fechas simbólicas, como el Día de la Independencia, durante años. Sin embargo, la liberación de estos 6,000 prisioneros no implica necesariamente un cambio significativo en las políticas represivas de la junta. A pesar de las liberaciones, miles de personas siguen detenidas por cargos políticos, muchos de ellos relacionados con la resistencia pacífica al golpe de Estado.
De acuerdo con la organización Assistance Association for Political Prisoners (AAPP), desde el golpe de 2021, más de 28,000 personas han sido arrestadas por cargos políticos, y al menos 6,106 civiles han muerto a manos de las fuerzas de seguridad. La mayoría de los prisioneros políticos están acusados bajo leyes que penalizan la disidencia, como el Artículo 505(A) del Código Penal de Myanmar, que criminaliza la difusión de comentarios que puedan crear disturbios públicos o desinformación.
La promesa de elecciones y el resistencia creciente
En medio de la liberación de prisioneros, la junta sigue anunciando planes para celebrar elecciones en 2024, un paso que ha sido ampliamente criticado por los opositores, quienes consideran que este proceso es una maniobra para legitimar el poder de los militares. Para muchos en Myanmar, cualquier elección bajo el control de la junta sería vista como una farsa y una perpetuación de la dictadura militar.
El país ha sido escenario de una creciente resistencia no violenta, que ha evolucionado hacia una lucha armada en las zonas rurales, donde diversos grupos étnicos armados han intensificado sus enfrentamientos con las fuerzas militares. La junta ha instado a estos grupos a deponer las armas y resolver sus disputas de manera pacífica, pero esta solicitud ha sido rechazada por las fuerzas de oposición, que acusan a los militares de violaciones sistemáticas de derechos humanos.
La comunidad internacional sigue atenta
La comunidad internacional, y especialmente las organizaciones de derechos humanos, siguen observando con preocupación la situación en Myanmar. Mientras algunos países continúan presionando por sanciones y condenas internacionales, las violaciones de derechos humanos, la represión de la oposición y la falta de un proceso democrático siguen siendo la norma bajo el régimen de Min Aung Hlaing.
El futuro de Myanmar sigue siendo incierto, y aunque la liberación de prisioneros ofrece una pequeña señal de alivio, la represión continúa afectando a miles de personas que se oponen a la dictadura militar. La amnistía no cambia la realidad de un país sumido en un conflicto interno prolongado, y las promesas de elecciones libres y justas parecen cada vez más lejanas.
En este contexto, el pueblo de Myanmar sigue luchando por sus derechos y por la libertad de sus líderes, especialmente de Aung San Suu Kyi, cuya liberación, al igual que la de miles de prisioneros políticos, sigue siendo una cuestión clave para la restauración de la democracia en el país.
Crédito fotográfico: Radio Free Asia