THE LATIN VOX (4 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Namibia ha hecho historia al elegir a Netumbo Nandi-Ndaitwah como su primera presidenta mujer, tras unos reñidos comicios que consolidan el dominio del partido Swapo, que ha gobernado el país durante 34 años. Nandi-Ndaitwah, actual vicepresidenta y figura clave del movimiento de independencia de Namibia, obtuvo un 57% de los votos, superando las predicciones que sugerían que las elecciones podrían haber requerido una segunda vuelta. Su victoria refuerza el control de Swapo desde la independencia del país en 1990, después del apartheid sudafricano.
La nueva presidenta, de 72 años, ha sido una figura destacada en la política namibia, habiendo sido miembro del movimiento de liberación en la década de 1970 y posteriormente ocupando importantes cargos, como el de ministra de Exteriores. En febrero de este año, fue promovida a vicepresidenta tras la muerte del presidente Hage Geingob en funciones. Su liderazgo y experiencia diplomática le otorgaron una imagen de estabilidad, que le permitió superar las tensiones dentro de su propio partido y los desafíos de la oposición.
Sin embargo, las elecciones no estuvieron exentas de controversia. La jornada electoral se vio empañada por problemas técnicos, como la escasez de papeletas y otros contratiempos logísticos, lo que obligó a las autoridades a extender la votación hasta el sábado. Este cambio fue considerado ilegal por los partidos de la oposición, que alegan que afectó el proceso y han anunciado su intención de impugnar los resultados ante los tribunales. Panduleni Itula, líder del partido opositor Independent Patriots for Change (IPC), obtuvo el segundo lugar con un 25,5% de los votos, una caída respecto al 29% logrado en 2019. La polémica sobre los procedimientos electorales ha dejado un ambiente de desconfianza y disputas legales.
A pesar de las críticas, Nandi-Ndaitwah celebró su victoria con un mensaje de unidad, asegurando que «la nación namibia ha votado por la paz y la estabilidad». Con su elección, Namibia se aleja de una tendencia observada en otros países de África Austral, donde los movimientos de liberación en el poder han sufrido el rechazo de los votantes más jóvenes, quienes buscan un cambio tras décadas de liderazgo de estos partidos. Este año, por ejemplo, el Congreso Nacional Africano de Sudáfrica perdió por primera vez su mayoría parlamentaria desde el fin del apartheid, mientras que Botswana y Mozambique también experimentaron disturbios y protestas tras elecciones cuestionadas.
La victoria de Nandi-Ndaitwah también refleja un giro en la política de la región, en la que los movimientos de liberación, antes sin rivales, ahora enfrentan crecientes presiones. A pesar de la disminución del apoyo electoral a Swapo, que obtuvo un 53% de los votos en el Parlamento, frente al 65% de hace cinco años, la elección de Nandi-Ndaitwah indica que, por ahora, los votantes namibios se inclinan por la estabilidad que ofrece el liderazgo experimentado.
Para Nandi-Ndaitwah, la tarea no será fácil. Tendrá que enfrentar las expectativas de una población joven y vibrante, que exige cambios, y de un país que lucha contra la corrupción dentro de su propio partido. Sin embargo, su imagen de «mano firme» y su experiencia diplomática le otorgan una ventaja para guiar a Namibia a través de tiempos inciertos. Su éxito no solo es un triunfo personal, sino un paso significativo para la igualdad de género en África, donde las mujeres siguen estando subrepresentadas en cargos de poder.
Mientras tanto, la oposición y los detractores del proceso electoral seguirán desafiando la legalidad de los resultados, lo que deja abierta la posibilidad de que este período electoral quede marcado por la controversia legal. La historia política de Namibia, sin embargo, ya está hecha: el país ha elegido a su primera presidenta mujer, una líder que, en medio de un panorama disputado, ha logrado consolidar su lugar en la historia del continente.
Crédito fotográfico: AP Photo/Esther Mbathera