
THE LATIN VOX (22 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una de las noticias más sorprendentes del mercado de la NBA este verano, Chris Paul, de 40 años, ha acordado un contrato de un año con Los Angeles Clippers, regresando así al equipo donde dejó una de sus huellas más duraderas.
Será su temporada número 21 en la liga, consolidando aún más su legado como uno de los grandes bases de todos los tiempos.
El acuerdo, según múltiples fuentes, es por 3,6 millones de dólares, una cifra modesta para un jugador de su calibre, pero que refleja su deseo de competir al más alto nivel una vez más.
Un regreso con historia
Paul no es un desconocido en el sur de California. Jugó para los Clippers entre 2011 y 2017, liderando a la franquicia a una era de éxito sin precedentes.
Bajo su dirección, el equipo ganó al menos 51 partidos en cinco de sus seis temporadas, una hazaña notable para una organización que solo ha alcanzado la marca de 50 victorias en siete ocasiones en toda su historia.
Durante ese tiempo, Paul fue cinco veces All-Star y dejó su nombre grabado en los libros de récords del equipo: primero en asistencias (4.023) y con un promedio de 2.2 robos por partido, el más alto en la historia de la franquicia.
“Volver a donde empezó una de las etapas más especiales de mi carrera es un honor”, dijo Paul en un comunicado no oficial. “Estoy listo para aportar mi experiencia y hacer lo que sea necesario para ayudar a este equipo a competir por un campeonato”.
Un equipo con aspiraciones
Paul se une a unos Clippers ambiciosos que han reforzado su plantilla en la agencia libre. Bradley Beal, John Collins y Brook Lopez son nuevas incorporaciones que apuntan a una estrategia clara: competir por el título ahora, no después.
Aunque ya no es el jugador dominante que fue en sus mejores años, CP3 sigue siendo un general en la cancha, un líder vocal y un estratega con visión privilegiada.
Con promedios de 17.0 puntos y 9.2 asistencias por partido a lo largo de su carrera, Paul no necesita anotar 30 para cambiar el curso de un juego. Su inteligencia, control del ritmo y toma de decisiones siguen siendo de élite.
Además, su legado defensivo está más que asegurado: con 2.717 robos en su carrera, es el segundo mayor ladrón de balones en la historia de la NBA, solo por detrás de John Stockton.
El eterno competidor
Pocos jugadores en la historia de la NBA han mantenido un nivel tan alto durante dos décadas. Desde que fue elegido con la cuarta selección del draft de 2005 por los entonces New Orleans/Oklahoma City Hornets, Paul ha pasado por siete equipos y ha sido 11 veces All-NBA, incluyendo cuatro selecciones al primer equipo, tres de ellas con los Clippers.
En su más reciente paso por los San Antonio Spurs, asumió un rol más secundario, pero dejó claro que su pasión por el juego no se ha apagado. Ahora, en lo que posiblemente sea su última temporada, Paul tiene una oportunidad única de cerrar el círculo en un equipo donde alguna vez fue el alma de “Lob City”.
¿La última oportunidad para el anillo?
Si hay una mancha en el currículum de Chris Paul, es la ausencia de un campeonato. Ha estado cerca —especialmente con los Phoenix Suns en 2021—, pero el trofeo Larry O’Brien sigue siendo esquivo.
Este regreso a Los Ángeles no es solo nostálgico: es estratégico. Con un equipo profundo y veterano, los Clippers podrían ofrecerle su última y mejor oportunidad de coronarse campeón antes del adiós definitivo.
Y si alguien ha demostrado que no hay edad para seguir soñando, es Chris Paul.
Un regreso cargado de historia, emoción y ambición. A los 40 años, el “Point God” tiene una última misión: guiar a los Clippers a la gloria.
El reloj corre, pero para Chris Paul, el juego aún no ha terminado.
Crédito fotográfico: NBA