El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reafirmado su resolución de proceder con una operación terrestre en la ciudad sureña de Rafah, en la Franja de Gaza, a pesar de las objeciones expresadas por el presidente estadounidense Joe Biden. Netanyahu ha comunicado a los legisladores que ha dejado “absolutamente claro” al presidente de EE.UU. que Israel está “determinado a completar la eliminación de estos batallones en Rafah, y no hay otra manera de hacerlo que no sea entrando por tierra”.
La Casa Blanca, a través del asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, ha manifestado que considera que la invasión de Rafah sería un “error” y que Israel podría alcanzar sus objetivos militares por otros medios. Sin embargo, Netanyahu ha indicado que esperará a escuchar las propuestas de EE.UU. “por respeto al presidente” sobre cómo proteger a la población civil en Rafah antes de ordenar la operación. Aún así, ha señalado que no ve alternativa a una ofensiva terrestre si Israel quiere cumplir su objetivo de destruir a Hamas.
Funcionarios israelíes han señalado que Rafah, ubicada en la frontera con Egipto, es el último gran bastión de Hamas en Gaza. Se estima que 1.5 millones de palestinos, más de la mitad de la población de Gaza, se han refugiado en Rafah huyendo de los combates en otras partes del territorio. La Casa Blanca ha declarado que no apoyará una operación en Rafah sin que los israelíes presenten un plan creíble para garantizar la seguridad de los civiles palestinos.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha solicitado que Netanyahu envíe un equipo senior de oficiales militares, de inteligencia y humanitarios a Washington para discusiones exhaustivas sobre la operación planeada en Rafah. Los detalles aún se están definiendo, pero se espera que la reunión ocurra a principios de la próxima semana. Además, ha instado a Israel a hacer más para permitir que la ayuda humanitaria fluya hacia Gaza.