En las próximas elecciones presidenciales de Venezuela, el actual presidente Nicolás Maduro se presenta con confianza en la boleta electoral. A diferencia de algunos de sus nueve competidores, Maduro no aparece una o dos veces, sino un asombroso total de 13 veces en la boleta. Cada imagen representa uno de los varios grupos políticos que él representa en esta anticipada elección del 28 de julio.
Maduro ocupa toda la primera fila de la boleta, mientras que las fotos de los demás candidatos están dispersas aquí y allá. Entre ellos se encuentra Edmundo González Urrutia, un exdiplomático y el único contendiente con posibilidades reales de negarle al presidente un tercer mandato.
Venezuela enfrenta su prueba electoral más difícil en décadas. El resultado podría otorgarle a Maduro otros seis años en el poder o poner fin a las políticas autodenominadas socialistas que una vez impulsaron programas contra la pobreza, pero cuya gestión inadecuada posterior sumió al país en una crisis económica continua. Las reglas electorales venezolanas permiten que las imágenes de los candidatos aparezcan en las boletas, tanto en las electrónicas dentro del país como en las impresas para los votantes en el extranjero, tantas veces como el número de partidos que los respaldan. Este año, la boleta tiene 38 imágenes, cada una con el nombre y el partido de cada candidato debajo.
Aunque los votantes venezolanos experimentados están acostumbrados a ver muchos candidatos en las pantallas táctiles utilizadas en las elecciones del país sudamericano, para algunos, tantas fotos podrían resultar confusas. “Me marea ver a Maduro tantas veces en esa tarjeta, pero sé que el peligro está en los candidatos que no nos representan”, dice Sonia Guevara, una trabajadora de oficina de 38 años, refiriéndose a algunos candidatos de la oposición que se ven cercanos al gobierno.