
THE LATIN VOX (15 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
Con visible indignación y fuertes palabras, el alcalde de Brampton, Patrick Brown, reaccionó este miércoles al anuncio de Stellantis de trasladar la producción del modelo Jeep Compass de su planta en Brampton hacia Illinois (EE. UU.), calificando la medida como un ataque directo a la comunidad y al empleo local. “No podemos simplemente sonreír mientras nos roban los puestos de trabajo”, declaró en un mensaje público que rápidamente se volvió viral.
La decisión de Stellantis forma parte de una inversión de 13.000 millones de dólares estadounidenses destinada a ampliar su capacidad fabril en EE. UU. y concentrar producción en sus fábricas estadounidenses, lo que dejó a la provincia canadiense, y particularmente a Brampton, en estado de incertidumbre profunda.
Qué motivó la reacción: contexto, expectativas y puntos de quiebre
La crisis industrial y el anuncio de Stellantis
Stellantis comunicó que movería la producción del Jeep Compass desde la planta de Brampton hasta Illinois, en el marco de su ambicioso plan de expansión en EE. UU. Esta decisión implica que una línea de producción que estaba destinada a operar en Canadá será relocalizada fuera del país.
Para Ontario el corazón industrial automotriz de Canadá la medida representa un golpe significativo, pues el sector automotor es estratégico tanto en términos de empleo como de exportaciones. El primer ministro provincial, Doug Ford, criticó fuertemente la decisión, responsabilizando al presidente estadounidense Donald Trump y advirtiendo que Canadá debe responder con medidas fiscales o arancelarias si no se logra un acuerdo comercial que detenga estas pérdidas.
A su vez, el primer ministro federal, Mark Carney, se pronunció exigiendo que Stellantis cumpla con compromisos asumidos con la planta de Brampton y anunció que el gobierno federal evaluará medidas de apoyo para los trabajadores afectados.
La dimensión local: efecto para Brampton y mensajes del alcalde
Para Brown, la decisión va más allá de una reubicación industrial: es una traición al contrato social que vincula empresas, ciudadanos, gobiernos municipales y provinciales. En sus declaraciones, se remontó al compromiso previo de Stellantis de mantener producción en Brampton y criticó que la compañía “cediera ante presión política externa”.
Además, Brown instó al gobierno federal a intervenir y sostener que la protección del empleo no puede depender de las decisiones sujetas a conveniencias externas. En su cuenta oficial de X, el alcalde publicó el mensaje: “We just can’t smile while they steal our jobs”, haciendo eco del clamor comunitario.
Sus palabras no fueron meramente emotivas: implican un llamado urgente a la movilización política y económica para contrarrestar lo que percibe como una desventaja estructural frente a los incentivos industriales estadounidenses.
Consecuencias esperadas y escenarios futuros
Impacto laboral y comunitario
- La planta de Brampton había sido acondicionada para producir el Jeep Compass, una línea importante para la continuidad de operaciones locales. El cambio implica pérdidas directas e indirectas de empleo en la región automotriz.
- Muchos trabajadores ya habían sido notificados mediante llamados automatizados (robocalls) de que la producción esperada no regresaría, generando ansiedad e incertidumbre.
- Comunidades enteras dependientes del empleo automotriz proveedores, talleres, servicios satélitepueden verse afectadas por la reducción de actividad industrial.
Presión política para Ottawa y Toronto
- Se espera que el gobierno federal impulse medidas para proteger los empleos automotrices afectados o compensar pérdidas, por ejemplo mediante incentivos fiscales o subvenciones para reindustrialización en regiones afectadas.
- Ontario ha planteado la posibilidad de imponer sanciones económicas o represalias arancelarias si EE. UU. no ajusta su política comercial o no negocia con Canadá.
- La negociación comercial entre Canadá y EE. UU. —ya tensa por aranceles y disputas sobre productos industriales— adquirirá nuevas urgencias con este caso puntual como detonante simbólico.
Reacción de Stellantis y posibles soluciones
- Stellantis ha afirmado que aunque trasladará la producción del Compass, continuará invirtiendo en Canadá, incluyendo una tercer turno en su planta de Windsor (Ontario) y conversaciones sobre el futuro de la planta de Brampton.
- También se ha comunicado que el Canadá sigue siendo importante para la empresa y que los detalles del plan de inversión se compartirán en negociaciones con las autoridades canadienses.
- Un escenario moderado prevé que Stellantis podría mantener al menos parte de la instalación de líneas auxiliares o tareas complementarias en Brampton si hay incentivos fiscales o apoyos locales sólidos.
Riesgos y tensiones
- Si Canadá no da una respuesta adecuada, el efecto podría replicarse en otras plantas automotrices del país que enfrentan la presión comparativa de políticas estadounidenses agresivas.
- La imagen internacional de Canadá como destino seguro para manufactura podría recibir un golpe si los inversionistas interpretan que las instalaciones locales son vulnerables ante cambios geopolíticos.
- Los gobiernos en disputa (municipal, provincial, federal) deben coordinar una estrategia conjunta para evitar mensajes contradictorios que debiliten la capacidad de defensa industrial.
Reflexión final: entre poder simbólico y poder real
La declaración del alcalde Patrick Brown “No podemos sonreír mientras nos quitan los empleos”— encapsula el algún punto de inflexión para Canadá en esta era global. No es solo una protesta local o sindical, sino una llamada de atención nacional: cuando decisiones de corporaciones globales se toman al calor de incentivos en otro país, regiones como Brampton sienten las consecuencias inmediatas.
El episodio revela la fragilidad del equilibrio entre inversión internacional, políticas industriales y soberanía económica. Si Canadá y sus gobiernos provinciales no articulan una defensa coherente del tejido productivo interno, estos cambios suplantan el desarrollo nacional por lógica de sitio competitivo.
Mientras el país observa cómo se resuelve esta tensión automotriz, Brampton y sus trabajadores resisten con un mensaje claro: no aceptarán sin lucha que los empleos dejen de ser canadienses por conveniencia empresarial extranjera.
Fuentes: www.cp24.com
Foto: Google fotos