THE LATIN VOX (12 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una medida sin precedentes, los partidos de oposición de Nueva Zelanda han expresado su apoyo a una carta dirigida al rey Carlos III, en la que más de 80 líderes tribales maoríes piden la intervención del monarca ante las políticas del gobierno que, según ellos, amenazan los derechos fundamentales de la población maorí. La carta destaca las crecientes tensiones sobre el incumplimiento de las promesas hechas por la Corona en el Tratado de Waitangi, el documento fundacional de Nueva Zelanda firmado en 1840.
La carta fue enviada por el Foro Nacional de Líderes Iwi, una agrupación que representa a las principales tribus maoríes del país. En ella, se solicita al rey Carlos III que “asegure que el gobierno de Nueva Zelanda no disminuya el honor de la Corona” frente a lo que consideran continuas violaciones de los compromisos asumidos por la Corona británica hacia los maoríes.
Según los líderes maoríes, este acto es una respuesta ante lo que perciben como un ataque constante a sus derechos, con políticas gubernamentales que debilitan la relación histórica y constitucional con la Corona.
Una «medida extrema» ante la desconfianza gubernamental
El respaldo de los partidos de oposición, como el Partido Laborista, ha sido contundente. El parlamentario Willie Jackson calificó la carta como una muestra de la gravedad de la situación. “Esto muestra lo seria que es la situación aquí, porque los maoríes están siendo atacados casi semanalmente por este gobierno”, afirmó Jackson, quien subrayó que, aunque no haya respuesta del rey, la carta tiene un peso significativo. “Es vergonzoso para este gobierno”, agregó, refiriéndose a la solicitud de liderazgo maorí de dirigirse directamente al monarca para expresar su frustración con las políticas del Ejecutivo.
Debbie Ngarewa-Packer, copresidenta del Partido Maorí, destacó que las tribus han intentado resolver la situación de manera diplomática durante años, pero que ahora el conflicto había llegado a un punto en que “comprometía la integridad de la Corona”.
Según Ngarewa-Packer, escribir una carta al rey era un “paso extremo” que no debía tomarse a la ligera, resaltando que “este tipo de apelaciones a un nivel tan alto son exactamente donde deberían estar sucediendo las discusiones”.
Las políticas del gobierno y su impacto en los derechos maoríes
Desde la llegada al poder del gobierno de coalición de derecha el año pasado, las políticas propuestas han generado un fuerte descontento, especialmente entre la comunidad maorí. En particular, los cambios en la legislación, que incluyen la reducción del uso del idioma maorí en los servicios públicos y la disolución de una institución destinada a remediar las inequidades en salud, han encendido un debate polarizado.
Los críticos temen que estas medidas no solo debiliten los derechos maoríes, sino que también fomenten una retórica anti-maorí y erosionen la relación entre la población maorí y la Corona.
El proyecto de ley sobre los principios del Tratado, que busca revisar la interpretación del acuerdo de 1840, ha sido especialmente polémico. Si bien la ley no cuenta con un amplio apoyo y es poco probable que se convierta en ley, su introducción ha provocado una fuerte reacción de aquellos que consideran que atenta contra la esencia misma del Tratado de Waitangi y promueve la división en la sociedad neozelandesa.
Un llamado al apoyo de la Corona
Para muchos, la carta al rey Carlos III refleja un último recurso de los maoríes para recordar a la Corona sus compromisos históricos. El miembro del parlamento por el Partido Verde, Teanau Tuiono, expresó su preocupación por la necesidad de que las tribus tuvieran que recordarle a la Corona sus responsabilidades.
“Tenemos un gobierno que nos está arrastrando hacia atrás y alterando el tejido de nuestra sociedad”, dijo Tuiono, añadiendo que la carta es un “llamado completamente apropiado para que el rey Carlos haga algo al respecto”.
Aunque Carlos III es el jefe de Estado de Nueva Zelanda, su rol es principalmente ceremonial y se limita a actuar a través de su representante, el gobernador general, quien sigue las recomendaciones del gobierno elegido.
Tradicionalmente, la monarquía se ha mantenido al margen de los asuntos políticos internos, pero el creciente clamor por el respeto al Tratado de Waitangi está poniendo a prueba la postura neutral del monarca.
¿Un punto de inflexión para la relación maorí-Corona?
La carta dirigida a Carlos III llega en un momento crucial para la política de Nueva Zelanda, donde el futuro de los derechos maoríes y la integridad del Tratado de Waitangi parecen estar en juego. Las tensiones entre el gobierno y las comunidades maoríes continúan creciendo, y la intervención del monarca podría ser vista como una forma de restablecer el equilibrio y la justicia para una población que considera que sus derechos y su historia están siendo ignorados.
Mientras el gobierno sigue defendiendo sus políticas como un intento por corregir las inequidades sociales y económicas en el país, muchos temen que estas reformas puedan destruir el delicado acuerdo entre los pueblos maoríes y la Corona. La respuesta que el rey Carlos III decida dar, o no dar, podría marcar un hito importante en la historia contemporánea de Nueva Zelanda.
Crédito fotográfico: AP