Un reciente informe de la ONU ha generado una gran controversia al calificar el programa de trabajadores extranjeros temporales de Canadá como un “caldo de cultivo para la esclavitud contemporánea”. Este informe, elaborado por el relator especial de la ONU sobre formas contemporáneas de esclavitud, Tomoya Obokata, destaca graves preocupaciones sobre las condiciones laborales y los derechos humanos de los trabajadores migrantes en Canadá.
El informe señala que la dependencia de los trabajadores de permisos de trabajo específicos para un empleador crea un desequilibrio de poder significativo. Este desequilibrio impide que los trabajadores ejerzan sus derechos, ya que temen ser deportados si denuncian abusos. Además, muchos trabajadores no están al tanto de sus derechos y enfrentan dificultades para acceder a servicios de salud, a veces siendo impedidos por sus empleadores.
Durante su visita de 14 días a Canadá, Obokata escuchó numerosos relatos de explotación y abuso. Los trabajadores migrantes, especialmente aquellos en sectores agrícolas y de bajos salarios, son particularmente vulnerables a estas formas de esclavitud moderna. El informe también destaca que las comunidades más afectadas son aquellas que ya enfrentan discriminación estructural, como los pueblos indígenas, personas con discapacidades, personas de ascendencia africana, ex prisioneros y personas sin hogar.
El relator especial instó al gobierno canadiense a intensificar sus esfuerzos para proteger los derechos de los trabajadores y ofrecer un camino claro hacia la residencia permanente para todos los migrantes. También recomendó la implementación de una legislación que obligue a las empresas canadienses a realizar una debida diligencia en materia de derechos humanos y a expandir los poderes y el mandato del Ombudsman Canadiense para la Empresa Responsable (CORE).
El informe ha provocado una respuesta mixta en Canadá. Mientras algunos defensores de los derechos humanos aplauden las recomendaciones, otros argumentan que el programa de trabajadores extranjeros es esencial para la economía canadiense y que las reformas propuestas podrían tener consecuencias no deseadas. Sin embargo, el consenso general es que se necesita una acción urgente para abordar las preocupaciones planteadas y garantizar que los trabajadores migrantes sean tratados con dignidad y respeto.