Opinión: De la cortesía a la rabia … el giro lingüístico de los demócratas en la era Trump

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THE LATIN VOX (28 de septiembre de 2025).- Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

“Las cosas están realmente jodidas ahora mismo”, dijo sin rodeos el congresista demócrata Robert García en un video de TikTok que se volvió viral. No fue un lapsus, sino un ejemplo de la nueva estrategia de comunicación que está sacudiendo al Partido Demócrata: menos discursos pulidos y más rabia, groserías y respuestas mordaces.

Meses después del inicio del segundo mandato de Donald Trump, un número creciente de dirigentes demócratas está abandonando el tono medido y académico que los caracterizaba para adoptar un lenguaje más visceral. La táctica responde a un diagnóstico compartido: el partido sufre una crisis de autenticidad y de conexión con sus bases.

De “cuando ellos van bajo, nosotros vamos alto” a “pelear con fuego”

Durante años, la consigna de Michelle Obama de “cuando ellos van bajo, nosotros vamos alto” marcó la pauta de la oposición demócrata al estilo incendiario de Trump. Hoy, en cambio, dirigentes como Gavin Newsom, gobernador de California, proclaman abiertamente que la estrategia es “pelear fuego con fuego”, incluso en redes sociales, con memes, insultos y hasta improperios en español.

La idea es sonar “como gente normal” y no como un comité de expertos en políticas públicas. “Estamos cansados de que nos vean como débiles y desconectados”, afirmó Jane Kleeb, presidenta del Partido Demócrata en Nebraska. “Es un maldito disparate que los republicanos y las corporaciones que los apoyan nos encasillen así”.

Una estrategia nacida de la frustración

La apuesta por un tono más bronco refleja el malestar dentro de la base demócrata: pérdida de votantes rurales y de clase trabajadora, caída en el apoyo de jóvenes, latinos y afroamericanos, y una brecha cada vez mayor con los republicanos en recaudación de fondos y registro electoral.

Además, los estrategas reconocen un desafío estructural: en un ecosistema digital dominado por algoritmos que premian la indignación y el exceso, los comunicados sobrios del partido se pierden fácilmente entre memes de Maga y titulares de farándula.

Entre la autenticidad y el ridículo

La nueva táctica, sin embargo, no está exenta de riesgos. Algunas intervenciones se han vuelto virales por las razones equivocadas. La congresista Maxine Dexter, de Oregón, arrancó vítores en un mitin al gritar “¡Tenemos que joder a Trump!”, pero el comentario terminó siendo ridiculizado en redes.

Los críticos advierten que fingir vulgaridad puede ser contraproducente. “Decir palabrotas no es una estrategia; la gente nota cuando no es auténtico”, advirtió la veterana consultora Lis Smith.

¿Guerra cultural o resistencia real?

Los republicanos han desestimado el giro como un acto de desesperación, una suerte de “cosplay Maga” al revés. Y aunque la sátira y la burla pueden ser armas poderosas contra el autoritarismo, algunos analistas advierten que los insultos no sustituyen a la acción política. “La retórica sin acción es nada”, señaló la investigadora Anat Shenker-Osorio.

Con Trump fortaleciendo su poder desde la Casa Blanca y avanzando en medidas tan radicales como deportaciones masivas o la militarización de ciudades, la pregunta persiste: ¿puede un puñado de “fucks” y “joder” convertirse en antídoto contra la deriva autoritaria, o los demócratas están confundiendo catarsis con estrategia?

Lo cierto es que, al menos por ahora, el partido ha decidido dejar atrás la cortesía. Y en una era en la que la política parece cada vez más un espectáculo digital, la batalla por quién grita más fuerte podría definir el rumbo de la democracia estadounidense.

Crédito fotográfico: Getty Images


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