Opinión: El legado de Charlie Kirk transformado en arma política por Donald Trump

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THE LATIN VOX (20 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Lo que comenzó como una tragedia en un campus universitario de Utah amenaza con convertirse en un punto de inflexión político.

El asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk, de 31 años, ha sido elevado por Donald Trump y sus aliados a un símbolo de martirio para el movimiento Make America Great Again (MAGA).

Pero críticos advierten que el presidente estadounidense busca transformar el dolor colectivo en una campaña de venganza contra sus opositores políticos.

El domingo, Trump encabezará un homenaje a Kirk en un estadio de Arizona con capacidad para 63.000 personas. Allí, según sus asesores, lo presentará como un mártir del conservadurismo estadounidense.

Mientras tanto, la Casa Blanca analiza medidas como clasificar ciertos grupos como terroristas domésticos y retirar exenciones fiscales a organizaciones sin fines de lucro, pese a que no existe evidencia de que vincule al sospechoso —un joven de 22 años que actuó solo, según las autoridades— con movimientos políticos organizados.

De luto a represalia

El giro alarmó a académicos y defensores de derechos civiles. “La violencia política suele usarse como pretexto para recortar libertades civiles. Esto es el manual básico de los autócratas”, advirtió Steven Levitsky, politólogo de Harvard y coautor de Cómo mueren las democracias.

Comparó el discurso actual de Trump con las reacciones desmedidas de dictaduras militares latinoamericanas en los años setenta.

En los últimos días, figuras clave del trumpismo como Stephen Miller y el senador JD Vance han alimentado la narrativa de que el asesinato de Kirk fue parte de una conspiración de la “extrema izquierda radical”.

La fiscal general, Pam Bondi, incluso prometió “perseguir a los radicales izquierdistas” responsables, lo que generó controversia al sugerir que hasta el “discurso de odio” podría ser objeto de sanciones, pese a estar protegido por la Primera Enmienda.

El espejo autoritario

El recurso de usar la tragedia como arma política no es nuevo, pero expertos advierten que en este caso se trata de un intento de concentrar poder y acallar disidencias. “Estamos viendo un movimiento clásico: declarar enemigos internos y usar al Estado como martillo contra ellos”, señaló el analista conservador Charlie Sykes.

Trump ya declaró a Antifa como organización terrorista, mientras think tanks influyentes de la derecha como la Heritage Foundation han llegado a etiquetar a personas transgénero como “extremistas violentos”. Para críticos como el congresista demócrata Jamie Raskin, el paralelismo con regímenes autoritarios es claro: “Así actúan Putin o Pinochet, describiendo a cualquier opositor como terrorista”.

Una democracia en la cuerda floja

La paradoja, señalan observadores, es que el mismo movimiento que denunciaba la “cultura de la cancelación” ahora impulsa una censura estatal contra sus detractores.

El presentador Jimmy Kimmel fue suspendido tras hacer comentarios sobre Kirk, mientras Trump interpuso una millonaria demanda por difamación contra The New York Times, considerada un intento de intimidar a la prensa.

El uso político del asesinato ha dividido a la opinión pública. Para simpatizantes de Trump, el acto del domingo será un momento de unidad y justicia.

Para sus críticos, será la puesta en escena de una peligrosa campaña propagandística que aprovecha una tragedia personal para justificar un viraje autoritario en Estados Unidos.

Crédito fotográfico: CNN


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