Opinión: Kamala Harris publica sus memorias y decepciona a propios y extraños

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THE LATIN VOX (24 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

Casi un año después de la derrota demócrata en 2024, aún se pueden ver en algunas ventanas de Filadelfia los carteles con el apellido “Harris”. Son restos de una ilusión que no se cumplió, símbolos de una esperanza que terminó en frustración. Y ahora, con la publicación de su libro 107 Días, Kamala Harris vuelve a abrir viejas heridas en lugar de cerrarlas.

La exvicepresidenta presenta sus memorias como una especie de autopsia política de la campaña más breve y vertiginosa de la historia moderna de Estados Unidos: la suya. El título hace referencia al periodo entre la renuncia de Joe Biden y su propia derrota frente a Donald Trump.

Pero lejos de ofrecer un análisis sincero y revelador, Harris opta por un relato lineal, rígido y a menudo repetitivo, que corre el riesgo de alienar tanto a críticos como a simpatizantes.

El libro ofrece apenas algunos destellos de vulnerabilidad. Uno de los pasajes más humanos narra su cumpleaños número 60, celebrado en plena campaña. Harris esperaba un gesto especial de su esposo, Doug Emhoff, pero la tensión acumulada los llevó a una discusión amarga. Esa escena —íntima y real— es una de las pocas que logra humanizar a la protagonista.

Sin embargo, la mayor parte del texto parece escrita con el mismo guion que la persiguió durante la campaña: respuestas calculadas, frases disciplinadas, pocos riesgos. La oportunidad de mostrarse auténtica se pierde en un mar de justificaciones.

Donde sí aflora un tono distinto es en su relación con Biden. Harris reconoce el peso de las dificultades heredadas, desde deslices mediáticos del expresidente hasta decisiones impopulares en política exterior, en especial el respaldo incondicional a Israel.

Aún así, la autora se cuida de no romper del todo con él, insistiendo en que Biden seguía siendo competente, aunque muchos dentro y fuera del partido ya dudaban de ello.

El libro también refleja tensiones internas en el Partido Demócrata. Harris deja entrever su decepción por la falta de apoyo de figuras como Gavin Newsom, que nunca devolvió su llamada en busca de un respaldo. Y sus descripciones de colegas como Pete Buttigieg o Josh Shapiro —leves pero ácidas— no ayudan a reconstruir puentes.

Pero quizás la omisión más significativa es Gaza. Harris se muestra desconectada de las protestas que marcaron sus mítines, preguntándose por qué no se dirigían contra Trump, sin reconocer que en ese momento era ella —y la administración Biden— quienes tomaban decisiones con impacto inmediato sobre la región.

En definitiva, 107 días no ofrece cierre ni esperanza. Sus páginas confirman la dificultad de Harris para explicar qué salió mal y por qué su candidatura no logró conectar con los votantes. Lo que iba a ser un ejercicio de catarsis se convierte, más bien, en un recordatorio de una oportunidad perdida y de un partido aún atrapado en su propio laberinto.

Los carteles con su nombre todavía colgados en Filadelfia quizás deberían bajarse al fin. Porque la mujer que prometía que Estados Unidos “no volvería atrás” parece no haber encontrado aún cómo avanzar.

Crédito fotográfico: Getty Images/Rolling Stone Magazine


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