
THE LATIN VOX (26 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La administración de Donald Trump ha comenzado su segundo mandato con una serie de decisiones que preocupan a expertos y líderes internacionales, especialmente en relación con el cambio climático.
En un giro inesperado respecto a su primer mandato, los funcionarios estadounidenses han faltado a importantes reuniones internacionales sobre el clima, lo que genera inquietudes sobre la falta de compromiso de Estados Unidos en los esfuerzos globales para enfrentar la crisis climática.
Esta ausencia podría marcar un cambio de rumbo significativo en la postura de la nación respecto a los acuerdos internacionales que buscan mitigar el calentamiento global.
En su primer día de regreso a la Casa Blanca, Trump firmó una orden ejecutiva que, según él, tenía como objetivo retirarse del «acuerdo climático de París injusto». Esta acción consolidó la decisión tomada en su primer mandato de sacar a Estados Unidos del histórico acuerdo alcanzado en 2015.
De esta manera, Estados Unidos se alineó con países como Irán, Libia y Yemen, que no forman parte del acuerdo para limitar el aumento de las temperaturas globales.
A pesar de haberse retirado del Acuerdo de París en su primer mandato, Estados Unidos continuó jugando un papel activo en las reuniones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el tratado base de París firmado en 1992.
Sin embargo, desde el comienzo de su segundo mandato, los funcionarios estadounidenses parecen haber dejado de participar en las reuniones de la CMNUCC, lo que ha generado alarma entre los participantes y observadores de estos encuentros, como lo demuestran los registros de las reuniones y entrevistas con fuentes cercanas.
En las últimas semanas, los representantes de Estados Unidos han faltado a al menos cuatro reuniones internacionales clave, incluidas discusiones de comités de financiamiento climático de la CMNUCC y encuentros del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Esto ha levantado preocupaciones sobre el rumbo que tomará la participación estadounidense en los esfuerzos internacionales por combatir el cambio climático en este nuevo mandato presidencial.
Uno de los episodios más alarmantes ocurrió cuando Trump bloqueó la participación de científicos estadounidenses en una reunión crucial del IPCC, que se encuentra en proceso de preparar su séptimo informe sobre el estado de la crisis climática.
Timo Leiter, un destacado experto en políticas de la London School of Economics, calificó este bloqueo como una señal «profundamente preocupante» de que la administración Trump está dispuesta a ignorar uno de los problemas más críticos que enfrenta la humanidad.
Además, Trump ha decidido cancelar la contribución de 4,000 millones de dólares que Estados Unidos había prometido al Fondo Verde Climático, creado como parte de la CMNUCC para ayudar a los países más pobres a financiar sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.
La falta de presencia de funcionarios estadounidenses en las reuniones de este fondo también ha resaltado la distancia creciente entre Estados Unidos y el compromiso con el financiamiento climático global.
La falta de participación activa de Estados Unidos en estas reuniones ha generado inquietudes sobre el futuro de la influencia del país en las negociaciones internacionales. Daniel Bodansky, ex coordinador de cambio climático del Departamento de Estado de Estados Unidos, advirtió que «es completamente posible que en el segundo mandato de Trump, Estados Unidos simplemente no participe de manera activa en las negociaciones sobre cambio climático, ya sea en el marco del Acuerdo de París o de la CMNUCC».
Esta tendencia podría dejar un vacío de poder en el ámbito internacional, que podría ser aprovechado por países con ambiciones climáticas más bajas, como los estados petroleros. De hecho, los Emiratos Árabes Unidos ya se están posicionando como líderes climáticos más confiables que Estados Unidos.
En este contexto, la decisión de Trump de reducir el papel de su país en los foros internacionales sobre el cambio climático se presenta como un reto no solo para la política ambiental global, sino también para la cooperación entre naciones en un momento en que la crisis climática se está intensificando, con fenómenos como incendios, inundaciones y sequías devastadoras afectando a millones de personas en todo el mundo.
Mientras tanto, la administración de Trump parece centrarse en otros temas, como recortar el gasto gubernamental y promover los intereses nacionales, a menudo en detrimento de las acciones conjuntas necesarias para mitigar los efectos del cambio climático.
En este sentido, expertos como Leiter y Bodansky coinciden en que, con la retirada de los funcionarios estadounidenses y la desfinanciación de los programas internacionales de apoyo a la lucha contra el cambio climático, el país podría perder rápidamente su liderazgo en un problema que no solo es ambiental, sino también económico y social.
La salida oficial de Estados Unidos del Acuerdo de París está programada para el 27 de enero de 2026. En los próximos años, el mundo estará observando con atención si Estados Unidos sigue distanciándose de los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, o si, bajo la presión de aliados internacionales y de la opinión pública global, el país reconsidera su postura y vuelve a ser un actor clave en la lucha por un futuro sostenible para todos.
Crédito fotográfico: JIM WATSON/AFP/Getty Images