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THE LATIN VOX (27 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A medida que Donald Trump avanza en su ambición de convertir a Estados Unidos en la «capital mundial de las criptomonedas», la industria, conocida por sus escándalos y controversias, podría estar a punto de beneficiarse de una supervisión más laxa y un crecimiento acelerado. Expertos en ética y exfiscales expresan su preocupación de que estas medidas podrían abrir la puerta a abusos criminales y poner en riesgo a los inversores.
Aunque en 2021 Trump calificó al bitcoin como un «engaño», en los últimos meses ha adoptado una postura favorable hacia las criptomonedas. El presidente ha intensificado su apoyo a la industria, alentando a las empresas del sector a aumentar sus contribuciones a su campaña presidencial. En octubre pasado, anunció que él y sus hijos estaban involucrados en el lanzamiento de un nuevo negocio de criptomonedas, World Liberty Financial, del cual podrían beneficiarse económicamente.
Además, días antes de su inauguración como presidente, Trump dio a conocer un «token» de meme, el $Trump, en un acto que sus críticos calificaron como un claro intento de autobeneficio. El token, aunque carecía de valor inherente, experimentó un aumento en su precio que incrementó considerablemente el valor de sus activos.
El problema del «grifting» y la falta de regulación
El profesor de economía de Cornell, Eswar Prasad, describió el lanzamiento del $Trump como un reflejo de las tendencias de «estafa» de Trump y su desdén hacia la regulación gubernamental. Según Prasad, bajo la administración de Trump, «agencias regulatorias y altos funcionarios contribuirán a legitimar los activos criptográficos, a pesar de la naturaleza altamente especulativa de estas inversiones y los peligros de exponer a los inversores minoristas a su volatilidad».
En un claro signo de que la supervisión podría relajarse, los ejecutivos de criptomonedas aplaudieron cuando Trump nombró a Paul Atkins, un antiguo comisionado de la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU.) y fundador de un grupo pro-criptomonedas, como presidente de la misma agencia.
Además, Trump firmó una orden ejecutiva para fomentar el crecimiento de las criptomonedas, que incluye la creación de un nuevo grupo de trabajo para explorar la posibilidad de un «reserva nacional de criptomonedas».
La designación de David Sacks, un magnate de capital de riesgo vinculado a Elon Musk, como el primer «zar» de las criptomonedas y la inteligencia artificial, también fue recibida con entusiasmo por la industria, que se mostró satisfecha con las políticas favorables hacia el sector.
Preocupaciones éticas y riesgos para la economía
El cruce de intereses entre las políticas de Trump para beneficiar a la industria de las criptomonedas y su propio enriquecimiento personal ha generado fuertes críticas. Larry Noble, exabogado general de la Comisión Electoral Federal, calificó el lanzamiento del $Trump como «escandaloso», ya que se produjo justo antes de su toma de posesión como presidente.
Según Noble, la falta de transparencia y la anonimidad de las transacciones criptográficas podrían permitir que actores extranjeros o nacionales compraran estos tokens para obtener beneficios políticos y financieros a cambio de favores de la administración de Trump.
Por otro lado, Richard Painter, exasesor de ética del presidente George W. Bush, advirtió que el valor del $Trump podría ser manipulado por las políticas de Trump, influyendo en su precio y, por ende, en el enriquecimiento de la familia Trump.
Riesgos para la seguridad financiera y el crimen organizado
La rápida expansión de las criptomonedas no solo ha generado preocupaciones éticas, sino también económicas. La idea de que Estados Unidos establezca una «reserva de bitcoin» ha sido respaldada por algunos líderes de la industria, pero expertos como Eswar Prasad advierten que podría exponer a los contribuyentes estadounidenses a los riesgos derivados de la volatilidad de las criptomonedas.
Además, las preocupaciones sobre el uso ilícito de las criptomonedas han aumentado. El mes pasado, un informe de la firma de análisis de blockchain Chainanalysis reveló que hackers norcoreanos habían robado 1.34 mil millones de dólares en criptomonedas en 2024, fondos que presuntamente se usaron para financiar programas de armas nucleares y misiles balísticos.
En los Estados Unidos, los fraudes en la industria de las criptomonedas también se han disparado, con pérdidas de 5.6 mil millones de dólares en 2023, un aumento del 45% respecto al año anterior.
El futuro de la regulación de las criptomonedas
A pesar de los riesgos y las críticas, la administración de Trump sigue impulsando una agenda pro-criptomonedas. Los cabilderos de la industria, estrechamente vinculados al presidente, continúan presionando para que se implementen políticas que favorezcan a las criptomonedas y minimicen la regulación. A su vez, las empresas de criptomonedas están invirtiendo millones de dólares en campañas y eventos políticos para asegurar que sus intereses sean escuchados.
Expertos como el senador Elizabeth Warren y otros críticos en el Congreso piden una regulación más estricta de las criptomonedas, advirtiendo que su falta de supervisión adecuada podría dar lugar a nuevos fraudes y crisis económicas. Para ellos, es fundamental que se establezcan reglas claras y justas para proteger tanto a los consumidores como a la estabilidad financiera global.
En resumen, el apoyo de Trump a las criptomonedas y su propio involucramiento en la industria despiertan serias preocupaciones sobre la ética, la regulación y los posibles riesgos para la economía y la seguridad nacional. Con la industria de las criptomonedas en pleno auge y bajo una supervisión cada vez más relajada, el futuro de este sector podría tener implicaciones profundas para los inversores y la estabilidad económica mundial.
Crédito fotográfico: WIRED