Opinión: ¿Un nuevo pacto oscuro? Trump y Putin alinean intereses contra Europa

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THE LATIN VOX (28 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

“Estamos de nuevo en 1939”, murmuran cada vez más analistas en Europa del Este. Entonces fueron Hitler y Stalin quienes pactaron en secreto la partición de Polonia y la absorción de las repúblicas bálticas.

Hoy, aunque sin un acuerdo firmado, muchos temen que Donald Trump y Vladimir Putin estén ensayando un movimiento similar: un ataque en pinza, desde Washington y Moscú, contra las democracias liberales del continente.

Dos líderes, un mismo objetivo

Las diferencias de estilo son claras. Trump no busca ocupar físicamente el territorio europeo, pero sí dominarlo mediante la presión económica, la manipulación digital, el respaldo a fuerzas ultranacionalistas y la imposición de valores conservadores que chocan con el multiculturalismo europeo.

Putin, por su parte, mantiene su ambición territorial intacta: no soltará a Ucrania y amenaza con extender su influencia sobre Moldavia, Georgia o los Estados bálticos, combinando la fuerza militar con la guerra híbrida.

Lo que los une es la aversión compartida hacia la Unión Europea, la democracia liberal y el orden internacional basado en normas. Ambos líderes, a su manera, impulsan proyectos de poder que evocan viejas nostalgias imperiales.

Guerra cultural y presión política

En los últimos meses, Trump ha intervenido directa o indirectamente en procesos electorales europeos, respaldando a la ultraderecha alemana, al candidato conservador polaco Karol Nawrocki y mostrando simpatía por figuras como Giorgia Meloni en Italia o Nigel Farage en el Reino Unido. Putin hace lo propio apoyando a líderes abiertamente prorrusos como Viktor Orbán en Hungría o Robert Fico en Eslovaquia.

Según un informe del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, la ofensiva cultural es tan intensa como la geopolítica: desde Washington se promueven alianzas ideológicas y se alimenta la división interna de la UE, mientras desde Moscú se intensifican ataques cibernéticos, sabotajes y campañas de desinformación.

Europa bajo asedio

El resultado es un doble frente: presión económica desde Estados Unidos —aranceles, inversiones tecnológicas percibidas como neocoloniales— y agresiones híbridas desde Rusia —cortes de gas, rupturas de cables submarinos, ataques con drones y oleadas de migrantes forzados en fronteras sensibles.

A todo esto se suma la amenaza de que Trump normalice sus relaciones con Putin, no para reforzar la seguridad europea, sino para obtener beneficios económicos. Su aparente apoyo a Ucrania se interpreta más como un intento de presionar a Moscú para negociar que como una convicción real.

La gran pregunta

¿Está Europa repitiendo los errores del pasado? En 1939, la falta de reacción rápida y coordinada facilitó la catástrofe. Hoy, la amenaza no se disfraza de tanques en la frontera, sino de algoritmos, discursos nacionalistas y maniobras económicas. Sin embargo, el objetivo parece inquietantemente similar: debilitar la democracia europea y remodelar el continente a imagen y semejanza de dos proyectos autoritarios.

El informe del ECFR se aferra a una esperanza: que este asedio simultáneo acabe por reforzar la cohesión europea. Pero esa unidad todavía está en construcción. Entre tanto, Trump y Putin avanzan en paralelo, como depredadores que huelen la vulnerabilidad de su presa.

En la memoria de muchos europeos del este, 1939 no queda tan lejos. Y esa sensación —de que la historia podría repetirse— empieza a extenderse peligrosamente por todo el continente.

Crédito fotográfico: Kevin Lamarque / REUTERS


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