OTAN: Canadá se compromete a invertir el 5 % del PIB en defensa

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THE LATIN VOX (27 de junio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un giro histórico, Canadá ha prometido destinar el 5 % de su producto interno bruto (PIB) al gasto en defensa para el año 2035, en un acuerdo sellado esta semana con los líderes de la OTAN.

El anuncio, que representa el mayor compromiso militar canadiense desde la Segunda Guerra Mundial, fue celebrado como una victoria diplomática por el presidente estadounidense Donald Trump, quien había presionado durante años por un mayor esfuerzo financiero de sus aliados.

Pero la promesa, aunque poderosa en cifras, plantea interrogantes complejos: ¿qué significará esto para los ciudadanos canadienses? ¿Y qué se espera ahora de Estados Unidos a cambio?

Un pacto a puerta cerrada… y con condiciones

El acuerdo fue negociado a puertas cerradas en los Países Bajos, donde los líderes de la OTAN acordaron aumentar drásticamente el gasto militar en respuesta al nuevo escenario geopolítico. Según el primer ministro canadiense Mark Carney, este aumento refleja una necesidad urgente.

“La seguridad colectiva que brinda la OTAN sigue siendo la forma más fuerte y eficaz de proteger la soberanía de Canadá y la seguridad de los canadienses”, declaró Carney en La Haya.

Pero los aliados no firmaron este compromiso sin pedir algo a cambio. A cambio del aumento en el gasto militar, Canadá y otros miembros exigieron a Trump una garantía firme de que respetará el Artículo 5 del tratado —la cláusula de defensa mutua que establece que un ataque contra un miembro es un ataque contra todos.

Tras una respuesta ambigua inicial, Trump afirmó:

“Yo respaldo el Artículo 5, por eso estoy aquí.”

El precio de la disuasión

El nuevo compromiso representa un salto colosal: pasar del gasto actual —menos del 2 % del PIB— a un 5 % en apenas una década. Carney detalló que el gasto se dividirá en un 3,5 % para defensa directa y un 1,5 % para infraestructura militar (puertos, bases, aeródromos).

Solo en 2024, esto implicará 150.000 millones de dólares canadienses en gasto anual, más del doble de lo que se dedica hoy a defensa. Según Carney, la factura no será fácil de digerir:

“Si vamos a subir el gasto a estos niveles, tendremos que considerar qué cosas el gobierno federal podrá dejar de hacer y cómo vamos a pagarlo.”

En otras palabras: habrá sacrificios, probablemente en áreas sociales y servicios públicos.

Una decisión difícil de vender en casa

Canadá no ha visto un aumento de esta magnitud en su gasto militar desde la Guerra de Corea. Y aunque el público canadiense ha mostrado apoyo mayoritario a alcanzar el antiguo objetivo del 2 %, no está claro cómo reaccionará ante esta nueva meta.

Dave Perry, del Canadian Global Affairs Institute, lo resume así:

“Estamos entrando en una nueva era en materia de defensa. La pregunta es si la sociedad canadiense está preparada para ello.”

Carney reconoce que el aumento será gradual. Acelerar el gasto bruscamente podría generar cuellos de botella, escasez de equipos, inflación en precios y desorganización operativa. “No queremos gastar por gastar, queremos hacerlo bien”, afirmó.

Diversificación y autonomía estratégica

La nueva política de defensa también incluye señales de distanciamiento de la industria armamentística estadounidense. Canadá estudia alternativas a la compra de los aviones de combate F-35 del gigante Lockheed Martin y evalúa adquirir aviones y submarinos europeos.

“Ya estamos hablando con nuestros aliados sobre opciones europeas”, dijo Carney. Una decisión sobre los cazas se espera para fines del verano, mientras que la compra de submarinos podría no definirse hasta 2028.

Este enfoque sugiere que Ottawa no solo quiere gastar más, sino también gastar de forma más soberana.

¿Victoria para Trump o advertencia velada?

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, elogió el papel de Trump en este giro:

“Durante demasiado tiempo, Estados Unidos cargó con una parte desproporcionada del compromiso. Eso cambia hoy.”

La realidad, sin embargo, es más matizada. Muchos analistas ven esta victoria simbólica para Trump como parte de un intercambio político: más dinero por más garantías. Pero incluso con sus declaraciones de apoyo al Artículo 5, el historial del presidente estadounidense deja margen para la duda.

“Durante años pedimos amablemente más gasto, y nadie hizo nada… hasta que Trump dejó de pedirlo amablemente”, comentó un exfuncionario del Departamento de Estado de EE.UU.

¿Seguridad garantizada?

Canadá ha apostado por reforzar su papel en el escenario global, pero el precio podría ser elevado. Las promesas de disuasión solo funcionarán si los compromisos se mantienen, y si la alianza se mantiene cohesionada.

El mundo está mirando. Y los canadienses también.

Crédito fotográfico: THE CANADIAN PRESS/Sean Kilpatrick


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