THE LATIN VOX (19 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
La tradicional fiesta de fin de año del Partido Liberal de Canadá, celebrada en el Rogers Centre de Ottawa, era el escenario esperado para escuchar el último discurso público de Justin Trudeau antes del receso de fin de año. Sin embargo, lo que comenzó como un evento centrado en el primer ministro terminó con una figura inesperada acaparando toda la atención: Chrystia Freeland.
Freeland, quien renunció recientemente como ministra de Finanzas, llegó al evento acompañada de su esposo y su hijo, y rápidamente se convirtió en el centro de todas las miradas. Aunque el primer ministro Trudeau fue recibido con aplausos al comenzar su intervención, la ovación para Freeland fue mucho más inmediata y efusiva cuando hizo su entrada en la sala, en lo que se sintió como un sutil reconocimiento del impacto de su renuncia.
Vestida de rojo liberal, Freeland se sentó en la primera fila, junto a figuras del partido como el presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes Automotrices, Flavio Volpe, y el parlamentario liberal Ryan Turnbull. A pesar de que varios ministros del gabinete también estuvieron presentes, la atención de los asistentes se centró en Freeland, que hizo su primera aparición pública desde su renuncia, luego de acusar a Trudeau de intentar reemplazarla como ministra de Finanzas y relegarla a un cargo menor relacionado con las relaciones entre Canadá y EE. UU.
La renuncia de Freeland desató una ola de especulaciones dentro del partido. Algunos parlamentarios liberales, molestos por la situación, pidieron una reunión del caucus nacional, y más de una docena de ellos públicamente pidieron la renuncia de Trudeau. La salida de Freeland, sumada a la creciente división interna, llevó a que muchos se preguntaran si el Partido Liberal podía superar la crisis antes del receso navideño.
En su discurso de 15 minutos, Trudeau mencionó el creciente desencanto dentro del partido, pero trató de suavizar la situación al comparar el partido con una «gran familia», afirmando que, como ocurre en las familias, las disputas son inevitables, pero siempre se encuentran caminos para superarlas. Sin embargo, las palabras del primer ministro parecían desentonar con la tensión palpable en el ambiente.
Mientras Trudeau intentaba calmar los ánimos, varios ministros, como la ministra de Transporte Anita Anand, se mostraron visiblemente afectados por la renuncia de Freeland. Anand, quien en ocasiones anteriores ha sido mencionada como posible sucesora de Trudeau al frente del Partido Liberal, pasó momentos antes del discurso en solitario, observando su teléfono móvil, aparentemente preocupada por la situación política.
El ambiente de la fiesta estuvo marcado por rumores y especulaciones sobre lo que podría venir a continuación para el gobierno liberal: un posible reajuste en el gabinete, una posible renuncia de Trudeau, o incluso una candidatura de Freeland para la liderazg del partido. Muchos asistentes coincidieron en que la carta de renuncia de Freeland podría haber sido el primer paso hacia su propia postulación como líder del Partido Liberal.
En medio de estos murmullos, Freeland se tomó su tiempo para posar para fotografías con los asistentes, mientras la fila para retratarse con ella crecía a medida que avanzaba la noche. En contraste, la fila para tomar fotos con Trudeau, que al principio parecía interminable, se disolvió rápidamente una vez que terminó su tiempo en el escenario.
La figura de Chrystia Freeland, lejos de desaparecer tras su salida del gabinete, parece haberse fortalecido dentro del Partido Liberal. Su postura firme y su renuncia a la cartera de Finanzas, tras un conflicto con Trudeau, han alimentado las especulaciones sobre sus ambiciones políticas. Su biografía, que se publicará pronto, se ha visto impulsada por esta controversia, y muchos observadores ya consideran que la política canadiense está a punto de presenciar un nuevo capítulo de liderazgo dentro del Partido Liberal.
Aunque Justin Trudeau sigue siendo el líder formal del Partido Liberal, las luces de la fiesta navideña brillaron más intensamente sobre Freeland que sobre él. Esto deja una pregunta importante en el aire: ¿estamos siendo testigos del fin de una era bajo el liderazgo de Trudeau, o es Freeland la verdadera estrella que está emergiendo como la futura líder del partido? Solo el tiempo lo dirá.
Crédito fotográfico: Reuters