A medida que Ottawa se alista para recibir las conversaciones del tratado global, la propuesta de establecer un límite a la producción de plásticos sigue generando debate. En la vanguardia de estas discusiones, el ministro de Medio Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault, ha sido una figura clave desde que ayudó a impulsar una resolución en la Asamblea de Medio Ambiente de las Naciones Unidas en Kenia en 2022.
Con la participación de negociadores de 176 países, la capital canadiense será sede de la cuarta ronda de negociaciones con el objetivo de crear un tratado para eliminar los desechos plásticos en menos de 20 años. Este encuentro es el cuarto de cinco rondas planificadas, buscando concluir un acuerdo para finales de este año.
El uso generalizado del plástico, preferido por su asequibilidad y durabilidad, ha llevado a una profunda reflexión sobre su impacto en la naturaleza y las crecientes preocupaciones sobre la salud humana. Esto ha motivado un impulso para erradicar los desechos plásticos y eliminar los químicos más problemáticos utilizados en su fabricación.
Sin embargo, Guilbeault aún se muestra reticente a adoptar una postura definitiva sobre el tema más controvertido de las negociaciones: el tope a la producción de plásticos. “Queremos un tratado ambicioso”, afirmó. «No creo que ahora sea el momento de … enredarnos en ciertas cosas y decir, ‘Esto es todo’. Tengamos la conversación y veamos a dónde llegamos».
Para muchas organizaciones ambientales y de salud que observan las conversaciones, la única manera de resolver la crisis del plástico es reducir la cantidad producida desde el principio. Pero esta es una zona prohibida para las industrias químicas y de producción de plásticos, cuyos miembros argumentan que las alternativas al plástico suelen ser más caras, más intensivas en energía y más pesadas.
Karen Wirsig, gerente de programas senior de plásticos en la organización de defensa ambiental Environmental Defence, advirtió que la producción de plástico se duplicará para 2050 si no se controla, y los desechos de plástico podrían triplicarse para 2060. “La contaminación por plásticos es una crisis global que se intensifica cada día cuando dejamos que la producción y el uso de plásticos continúen sin control”, dijo. «La Tierra y nuestra salud no pueden permitirse seguir como de costumbre».
Este encuentro en Ottawa promete ser un momento decisivo en la lucha global contra la contaminación por plásticos, con el mundo observando atentamente los resultados de estas negociaciones trascendentales.