Jacob Flickinger, un trabajador humanitario leal y dedicado, fue “perseguido” y asesinado por Israel mientras intentaba ayudar a quienes lo necesitaban. Flickinger, de 33 años y ciudadano estadounidense-canadiense, fue uno de los siete fallecidos en un ataque a un convoy de World Central Kitchen.
El ejército israelí se disculpó y calificó el ataque como un “trágico error”, pero sus padres rechazaron la disculpa, considerando la muerte de su hijo como un “crimen”. John Flickinger y Sylvia Labrecque expresaron que hay un “vacío en sus corazones”, y que la esposa de Jacob, Sandy, y su hijo Jasper de 18 meses están desconsolados sin un esposo y padre.
Los padres de Jacob instaron a Estados Unidos a dejar de enviar ayuda militar a Israel mientras el país utiliza “la comida como arma” en Gaza. Además, pidieron un alto al fuego, la liberación de todos los rehenes israelíes en manos de Hamas y más ayuda para la devastada Gaza. También exigieron una investigación independiente por parte del gobierno de Estados Unidos sobre la muerte de los trabajadores humanitarios y reparaciones para las familias que han perdido seres queridos en Gaza. “La justicia puede comenzar allí, pero lo más importante es poner fin a esta locura”, afirmaron.