
THE LATIN VOX (3 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
Con el estallido de la huelga del personal de apoyo en los colegios públicos de Ontario, muchos padres se han encontrado en una encrucijada: escuelas parcialmente cerradas, servicios esenciales interrumpidos y la urgente necesidad de buscar alternativas para el cuidado de sus hijos. Lo que para algunos resulta temporal ha desencadenado creatividad, sacrificios personales y maneras poco convencionales de mantener el equilibrio entre trabajo y responsabilidades familiares.
La huelga del personal de apoyo incluye asistentes, empleados de mantenimiento, auxiliares técnicos, servicios administrativos y otros roles que facilitan el funcionamiento diario de los colegios públicos. Ante su ausencia, varias escuelas han restringido servicios, cerrado instalaciones auxiliares o suspendido algunos programas, forzando a padres a encontrar soluciones inmediatas.
Este fenómeno, analizado recientemente por CTV News Toronto, ilustra no solo las repercusiones directas en la educación, sino también cómo las familias experimentan perturbaciones en su vida cotidiana: desde reorganizar horarios laborales hasta invadir espacios domésticos con funciones de guardería improvisada.
Estrategias que adoptan los padres: entre riesgo, ingenio y urgencia
Cambios en la jornada laboral y ajuste de horarios
- Muchos padres han negociado horarios flexibles con sus empleadores o solicitado trabajar horas desde casa parcialmente, con tal de estar disponibles cuando su hijo no puede acudir a clases ni servicios escolares auxiliares.
- Algunos han reordenado turnos, adelantado o atrasado horarios, para cubrir los vacíos en el cuidado infantil.
Redes familiares, de amigos y guarderías caseras
- Un número considerable ha recurrido al apoyo familiar: abuelos, tíos o vecinos han pasado a ser cuidadores improvisados durante el paro.
- Otros han organizado “guarderías caseras” entre pequeños grupos de padres que toman turnos para cuidar niños mutuamente.
- En pueblos o comunidades pequeñas, se han abierto espacios informales de cuidado colectivo, incluso en casas particulares convertidas en mini centros de guardería temporal.
Inscripción en guarderías privadas o centros externos
- Algunos padres optaron por inscribir a sus hijos en guarderías privadas, aunque con tarifas más altas, como solución temporal mientras dure la huelga.
- En casos extremos, se ha pagado por servicios de niñeras o cuidadores particulares por hora, a costo elevado, para cubrir vacíos imprevistos.
Suspensión parcial de actividades extracurriculares
- Para reducir la presión sobre los horarios, varias familias han postergado o cancelado actividades extracurriculares (deportes, clases de música, talleres) para liberar tiempo durante el paro.
- En algunos casos, niños permanecen en casa aunque no haya clases, para evitar el costo o riesgo de alternativas improvisadas.
Impactos en la vida familiar, laboral y psicológica
Estrés, tensión y decisiones difíciles
- Padres que trabajan jornadas completas enfrentan dilemas: faltar al trabajo, perder ingresos o dejar a sus hijos sin supervisión seguro.
- Algunos relatan que han tenido que tomar días sin pago, usar horas de vacaciones, o en el extremo, renunciar temporalmente a oportunidades laborales.
- Muchas familias experimentan fatiga emocional por tener que actuar como maestros, cuidadores y empleados al mismo tiempo bajo condiciones adversas.
Interrupción de rutina y aprendizaje
- Los niños pierden acceso a ambientes educativos estructurados, recursos de apoyo y socialización, lo que puede afectar su ritmo de aprendizaje y bienestar emocional.
- La transición entre el hogar y la escuela se ve alterada: el cuidado improvisado no siempre replica la supervisión y estimulación que ofrece la escuela.
Desigualdad y brecha socioeconómica
- Familias con mayores recursos pueden acceder más fácilmente a guarderías privadas o cuidadores externos.
- Las familias con ingresos ajustados o sin redes de apoyo padecen más acentuadamente las consecuencias de la huelga, pues tienen menos margen para ajustar horarios o pagar servicios costosos.
Contexto más amplio: el rol del personal de apoyo y la fragilidad del sistema educativo
El personal de apoyo es esencial para el funcionamiento integral de los colegios: mantenimiento de instalaciones, limpieza, soporte tecnológico, servicios de comedor, administración y otros roles invisibles pero fundamentales. Cuando este personal no trabaja, la estructura educativa se resiente.
La huelga pone en evidencia la dependencia del sistema escolar en trabajadores de apoyo y revela cuán frágil es el acompañamiento al estudiante fuera del ámbito del profesorado.
Este tipo de paros y sus consecuencias también recuerdan otras crisis educativas recientes (por ejemplo durante la pandemia), donde las interrupciones escolares repercutieron especialmente en familias con menos recursos.
Posibles escenarios y desafíos para el futuro próximo
- Negociación rápida y retorno a la normalidad
Si el gobierno provincial y sindicatos logran un acuerdo pronto, los colegios podrían reanudar servicios completos y la presión sobre los padres disminuiría. - Huelga prolongada y escalamiento del conflicto
Si el paro se extiende, más familias se verán obligadas a adoptar soluciones cada vez más improvisadas o asumir costos elevados, lo que podría amplificar el descontento social. - Medidas institucionales de apoyo parental
Las autoridades escolares podrían habilitar espacios de cuidado estacional, centros de actividades supervisadas o subsidios para familias afectadas durante la huelga. - Políticas de contingencia educativa
Creación de programas de apoyo remoto, tutorías en línea o recursos distribuidos para que los niños no pierdan tanto aprendizaje en periodos de interrupción. - Reforma estructural del sistema educativo
A largo plazo, el episodio podría motivar reformas sobre la provisión de servicios de apoyo en colegios, reconocimiento del personal auxiliar, mecanismos de reemplazo o planes de emergencia sistematizados.
La huelga del personal de apoyo en los colegios de Ontario está forzando a los padres a asumir roles que no les corresponden, improvisar guarderías y reorganizar su vida laboral para garantizar el cuidado de sus hijos. Lo que podría haber sido un conflicto laboral aislado ha revelado vulnerabilidades profundas en la estructura escolar y en la fragilidad del tejido social que acompaña al sistema educativo.
A medida que avance este conflicto, el desafío será equilibrar el derecho al paro con la protección del bienestar infantil y familiar. Y las decisiones que tomen los gobiernos provinciales, las administraciones escolares y los sindicatos dejarán una huella sobre cómo Canadá enfrenta crisis educativas en el futuro.
Fuente: www.ctvnews.ca
Foto: Google fotos