Panamá acusa a EE.UU. de difundir “falsedad intolerable” sobre el Canal

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THE LATIN VOX (6 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La tensión entre Panamá y Estados Unidos ha alcanzado nuevos niveles tras las acusaciones del presidente panameño, José Raúl Mulino, quien calificó de “falsedad intolerable” las declaraciones del Departamento de Estado de EE. UU. sobre el Canal de Panamá.

La controversia se desencadenó después de que funcionarios estadounidenses aseguraran que Panamá había acordado no cobrar más a los barcos del gobierno de EE. UU. por transitar por la vía interoceánica, lo que supuestamente ahorraría millones de dólares a Washington.

El presidente Mulino, visiblemente molesto, respondió rápidamente a la afirmación. En una rueda de prensa el jueves, negó rotundamente que Panamá hubiese realizado algún “ajuste” en los peajes o exenciones para los buques estadounidenses.

“Estoy extremadamente sorprendido por el anuncio de ayer del Departamento de Estado porque están haciendo declaraciones importantes basadas en una falsedad, y esto es intolerable, simplemente intolerable”, expresó Mulino, quien también reveló que hablaría por teléfono con el presidente Donald Trump al día siguiente.

La controversia se suma a una serie de tensiones en las que el Canal de Panamá, un punto estratégico para el comercio mundial, se ha convertido en el epicentro de un enfrentamiento diplomático entre ambas naciones.

La raíz del conflicto comenzó cuando Trump repitió, sin evidencia alguna, su afirmación de que EE. UU. había “devolvido tontamente” el canal a Panamá en 1999, solo para que posteriormente cayera bajo el control de China.

“Lo vamos a recuperar, o algo muy poderoso va a suceder”, advirtió Trump el domingo pasado. En ese mismo contexto, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, expresó su preocupación por la influencia de China sobre la zona, una postura que parece haber enfurecido aún más a las autoridades panameñas.

En una conversación con Mulino durante su gira por América Latina, Rubio insistió en que la influencia del Partido Comunista Chino en el Canal de Panamá representaba una amenaza “inaceptable”.

Según el Departamento de Estado, Rubio subrayó que Estados Unidos tiene una obligación de proteger el canal, de acuerdo con los acuerdos bilaterales firmados en el siglo XX, lo que implicaría una respuesta militar si la zona fuera atacada.

Sin embargo, la posibilidad de una intervención militar estadounidense es vista como remota por la mayoría de los analistas, aunque la invasión de 1989 a Panamá para derrocar al dictador Manuel Noriega sirve como recordatorio de que la historia puede repetirse.

La estrategia de Trump parece estar orientada a presionar a Panamá y a otros países de América Latina y el Caribe para frenar la creciente influencia económica de China en la región, una zona tradicionalmente considerada como el “patio trasero” de Estados Unidos. En los últimos 25 años, China ha aumentado significativamente su presencia comercial en América Latina, superando a EE. UU. como el principal socio comercial de Sudamérica.

Un giro significativo en este conflicto ocurrió el jueves, cuando Mulino anunció que Panamá había informado oficialmente a China que pondría fin a su participación en la iniciativa “Belt and Road” (Bajo la Franja y la Ruta), un megaproyecto de infraestructura global impulsado por Beijing con el fin de reforzar su influencia económica y geopolítica.

Esta decisión fue vista como un intento de Panamá de aliviar las tensiones con Estados Unidos, cuya presión sobre el país centroamericano ha sido palpable en las últimas semanas.

Por su parte, China condenó las declaraciones de Estados Unidos. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, calificó de “irresponsables” las afirmaciones de Washington sobre el Canal de Panamá y subrayó que la cooperación entre ambos países bajo la iniciativa “Belt and Road” había logrado “resultados fructíferos”.

La disputa sobre el canal resalta no solo las complejas relaciones bilaterales entre Panamá y Estados Unidos, sino también las dinámicas geopolíticas más amplias que marcan el ascenso de China como una potencia global.

Mientras las tensiones entre las dos potencias siguen en aumento, Panamá se encuentra en una encrucijada, tratando de equilibrar su relación histórica con EE. UU. mientras navega por un mundo cada vez más influenciado por las ambiciones de China.

El futuro del Canal de Panamá y su rol estratégico en la economía global podrían verse alterados según evolucione este conflicto diplomático, que ha puesto en evidencia la rivalidad entre dos grandes actores internacionales.

Crédito fotográfico: The Globe and Mail


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