El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, desestimó las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien insinuó posibles acciones contra el Canal de Panamá en caso de regresar al poder. «No hay nada de qué hablar», afirmó Cortizo en un tono firme, dejando claro que el canal es un asunto soberano y no está sujeto a presiones externas.
Las declaraciones de Trump, realizadas durante un mitin en el que criticó la gestión internacional del canal, han generado reacciones tanto dentro como fuera de Panamá. Trump sugirió que Estados Unidos debería tener un mayor control sobre el canal, aludiendo a su importancia estratégica para el comercio global y la seguridad estadounidense.
Sin embargo, estas palabras han sido recibidas como una amenaza por parte de líderes panameños y analistas internacionales, quienes recuerdan que el canal ha estado bajo el control soberano de Panamá desde el año 2000, tras el cumplimiento de los tratados Torrijos-Carter.
El presidente Cortizo enfatizó que el Canal de Panamá es un símbolo de la independencia y la autodeterminación del país. «Es un activo fundamental para nuestra nación y para el comercio mundial. Cualquier declaración que pretenda cuestionar nuestra soberanía es inaceptable», añadió.
Expertos destacan que el control del canal es un tema sensible, no solo para Panamá, sino también para las relaciones internacionales. El canal maneja cerca del 6% del comercio marítimo global, lo que lo convierte en un punto crítico para la economía mundial. Cualquier intento de politizar su operación podría desestabilizar el comercio y las relaciones diplomáticas en la región.
En Panamá, las declaraciones de Trump han provocado un cierre de filas entre diferentes sectores políticos y sociales. La oposición, aunque crítica de la gestión de Cortizo en otros aspectos, respaldó unánimemente la postura del gobierno respecto a la defensa del canal.
En la arena internacional, las palabras de Trump también han generado escepticismo. Analistas señalan que este tipo de declaraciones son comunes en el discurso político del expresidente, pero que rara vez se traducen en acciones concretas. Sin embargo, Panamá ha dejado claro que no tolerará injerencias, reafirmando su compromiso con la administración independiente y eficiente del canal.
Esta controversia subraya la relevancia del Canal de Panamá como un pilar estratégico en el comercio global y un símbolo de soberanía nacional, reforzando su importancia tanto para Panamá como para el resto del mundo.