
THE LATIN VOX (31 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
¿Y si bastara con enchufar un panel solar en tu balcón para reducir tu factura eléctrica? Esta sencilla idea, ya popular en Alemania y con creciente aceptación en Estados Unidos, podría transformar la forma en que millones de personas consumen energía.
Pero mientras otros países avanzan, Canadá sigue atrapado en una maraña regulatoria que frena el despliegue de esta tecnología accesible y amigable con el medio ambiente.
Energía solar al alcance de un enchufe
Los paneles solares de balcón —conocidos como Balkonkraftwerk en Alemania— son sistemas compactos y portátiles que los usuarios pueden instalar fácilmente en barandales, terrazas o fachadas. Conectados directamente a una toma de corriente estándar, estos paneles comienzan a alimentar electrodomésticos de bajo consumo como luces, laptops o refrigeradores pequeños.
Con precios que oscilan entre 400 y 2.300 dólares estadounidenses, dependiendo de su capacidad (entre 200 y 800 vatios), estos kits son una alternativa accesible frente a las costosas instalaciones solares tradicionales, que en Canadá pueden superar los $20.000 a $30.000.
“Es una solución ideal para inquilinos o propietarios de condominios que no pueden invertir en paneles de techo”, explica Kevin Chou, cofundador de Bright Saver, empresa con sede en San Francisco que busca popularizar este sistema en América del Norte.
Alemania y Utah lideran la tendencia
Tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, y el consecuente encarecimiento de la energía, Alemania vivió un verdadero boom de paneles solares de balcón. Actualmente, más de 1,5 millones de hogares han registrado estos dispositivos, aunque el número real podría ser mucho mayor.
Aunque no aportan grandes cantidades a la red nacional, su impacto en los bolsillos es significativo. Según estimaciones, algunos hogares han logrado reducir hasta un 30% sus facturas de electricidad.
Inspirado por este fenómeno europeo, Utah se convirtió este año en el primer estado de EE.UU. en aprobar legislación que permite explícitamente el uso de paneles solares enchufables. El legislador republicano Raymond Ward impulsó la medida con un argumento simple: ahorro para los ciudadanos, sin interferencias del gobierno.
“No tiene sentido exigir los mismos requisitos que para una instalación de techo si alguien simplemente quiere conectar un pequeño panel a su balcón”, explicó Ward. Incluso las empresas de servicios públicos aceptaron la idea, al no estar obligadas a pagar por la energía generada.
¿Y por qué Canadá no se suma?
En Canadá, la situación es mucho más ambigua. Según la Canadian Standards Association (CSA), los kits solares de balcón no están certificados como productos integrales, lo que limita su venta y uso legal. A esto se suman las regulaciones provinciales, municipales y de las compañías eléctricas, que suelen tratar estos dispositivos como si fueran instalaciones solares permanentes, exigiendo permisos y técnicos autorizados.
“Estamos a punto de descubrir cuál es la demanda reprimida en Canadá”, dijo Phil McKay, de la Canadian Renewable Energy Association (CanREA), sugiriendo que la falta de una vía clara está frenando el interés del consumidor.
Una excepción podría ser Alberta, cuya normativa sobre microgeneración permite conectar a la red generadores de menos de 150 kilovatios, lo que incluiría estos sistemas plug-in. Pero en la mayoría del país, la incertidumbre reglamentaria persiste.
Entre la autonomía energética y la burocracia
Para Liam O’Brien, profesor de ingeniería ambiental en la Universidad de Carleton, la tecnología es interesante, pero prefiere ver la energía solar integrada directamente en la construcción de edificios, como ya ocurre en algunos proyectos en Toronto y Halifax. Argumenta que esto mejora la seguridad, optimiza el espacio y ofrece mayor eficiencia.
Sin embargo, reconoce el valor simbólico y educativo de los paneles solares de balcón:
“Le dan a las personas una conexión tangible con sus fuentes de energía. Y eso tiene un valor incalculable.”
Energía del sol, empuje ciudadano
Con el costo de la electricidad en aumento y la urgencia climática como telón de fondo, los paneles solares de balcón ofrecen una solución descentralizada, accesible y sostenible. Pero su adopción en Canadá depende, irónicamente, menos del sol y más de la voluntad política y la flexibilidad normativa.
Tal vez, como sucedió en Utah o Alemania, la presión ciudadana y el deseo de ahorrar sean los verdaderos catalizadores que enciendan esta revolución energética, desde el balcón hacia el futuro.
Fuente: CBC News
Crédito fotográfico: Mitsubishi Electric