
El 17 de febrero de 2025, un avión de Delta Air Lines que cubría la ruta desde Minneapolis hasta Toronto sufrió un grave accidente al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Pearson de Toronto. La aeronave, un Bombardier CRJ900LR con 76 pasajeros y 4 miembros de la tripulación a bordo, se volcó y quedó invertida sobre la pista. A pesar de la magnitud del incidente, no se reportaron víctimas mortales; sin embargo, al menos 21 personas resultaron heridas, incluyendo tres en estado crítico, entre ellas un menor de edad.
Las condiciones meteorológicas en el momento del aterrizaje eran adversas, con ráfagas de viento de hasta 64 km/h y temperaturas de -8,6°C, además de nieve acumulada debido a una tormenta invernal reciente. Estas circunstancias podrían haber contribuido al accidente, aunque las causas exactas aún están bajo investigación por parte de la Junta de Seguridad en el Transporte de Canadá, con la colaboración de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos.
Testigos presenciales describieron escenas de caos y pánico dentro de la cabina tras el vuelco de la aeronave. Los pasajeros, desorientados y algunos colgando de sus cinturones de seguridad, intentaban evacuar el avión mientras se percibía olor a combustible. Uno de los pasajeros, John Nelson, relató que el avión impactó fuertemente contra la pista, se deslizó de lado y luego se volcó, momento en el cual se produjo una bola de fuego en el lado izquierdo de la aeronave.
La respuesta de los equipos de emergencia fue inmediata. Los bomberos lograron controlar el incendio rápidamente, mientras que los paramédicos atendieron a los heridos y coordinaron su traslado a hospitales locales. Deborah Flint, presidenta y directora ejecutiva de la Autoridad de Aeropuertos del Gran Toronto, elogió la labor «heroica» de los equipos de rescate y enfatizó la prioridad de la seguridad de los pasajeros y el personal aeroportuario.
El accidente provocó el cierre temporal de todas las pistas del aeropuerto, lo que llevó a la cancelación de 237 vuelos y desvió de otros hacia aeropuertos cercanos, como los de Montreal y Ottawa. Las operaciones normales se reanudaron gradualmente a medida que avanzaban las labores de limpieza y las investigaciones preliminares.
Delta Air Lines emitió un comunicado expresando su compromiso de colaborar plenamente con las autoridades en la investigación y de brindar apoyo a los pasajeros afectados. La aerolínea también destacó la importancia de la seguridad en todas sus operaciones y agradeció la pronta respuesta de los equipos de emergencia.
Este incidente se suma a una serie de accidentes aéreos en América del Norte en las últimas semanas, lo que ha generado un llamado a revisar y reforzar las medidas de seguridad en la aviación comercial, especialmente en condiciones climáticas adversas.