Pasajeros ante una ola de interrupciones mundiales: vuelos recortados en EE.UU. por cierre gubernamental

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THE LATIN VOX (07 de Noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.  

La prolongación del cierre parcial del gobierno federal de los Estados Unidos, ya convertido en el más largo de la historia del país, ha comenzado a generar efectos concretos y de alcance internacional en el transporte aéreo comercial. La Federal Aviation Administration (FAA) ha anunciado que reducirá hasta un 10 % la capacidad de tráfico aéreo diario en 40 aeropuertos de alto volumen, como medida de contingencia frente a la fatiga del personal clave que trabaja sin sueldo.

Ese recorte, que se inició con una reducción del 4 % hace pocos días y está previsto que aumente progresivamente, afecta no sólo vuelos domésticos, sino que tiene el potencial de generar un efecto dominó en las conexiones internacionales, comprometiendo escalas, rutas de carga y sistemas de reserva globales.

¿Qué ha motivado esta medida radical?

Las causas se combinan en varios factores clave:

  • Más de 11 000 controladores de tráfico aéreo y decenas de miles de agentes de la Transportation Security Administration (TSA) están trabajando sin pago desde que el gobierno se cerró el 1 de octubre tras la falta de acuerdo en el Congreso.
  • La administración federal advierte que los recursos humanos están al borde de la saturación, la fatiga y la falta de estabilidad operacional: “No estoy al tanto, en mis 35 años en el sector, de una situación como esta”, reconoció el administrador de la FAA, Bryan Bedford.
  • Ante estos riesgos de seguridad y el volumen habitual de más de 44 000 vuelos y 3 000 000 de pasajeros diarios en el espacio aéreo estadounidense se decidió actuar de forma preventiva.

¿Cuáles son los efectos ya observables?

  • Al menos 1 800 vuelos podrían verse recortados, lo que representa más de 268 000 asientos diarios menos en los vuelos comerciales estadounidenses, según estimaciones de la firma Cirium.
  • Grandes hubs como John F. Kennedy International Airport (Nueva York), Los Angeles International Airport, Hartsfield‑Jackson Atlanta International Airport, O’Hare International Airport (Chicago) y otros ya han reportado demoras sustanciales y cancelaciones enroladas.
  • Las aerolíneas más grandes United Airlines, Delta Air Lines, Southwest Airlines y American Airlines ya han anunciado ajustes en sus horarios, reprogramaciones y opciones de reembolso para los pasajeros afectados.
  • El riesgo es que, con el cierre cercano a 40 días, el impacto crezca a medida que se aproxima la temporada del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving), uno de los períodos de mayor movimiento aéreo en EE.UU.

¿Qué significa para los pasajeros internacionales y para el sistema global?

  • Para los viajeros internacionales: Los vuelos que hacen escala o conexión en EE.UU. podrían sufrir retrasos inesperados, cambios de puerta, cancelaciones o desvíos. Esto afecta también a rutas de larga distancia que incorporan tramos estadounidenses.
  • Para la logística y transporte de carga: Las rutas aéreas de carga encuentran una mayor vulnerabilidad ante la reducción de tráfico autorizado, lo que puede generar demoras en cadenas de suministro que dependen del hub estadounidense.
  • Para el sistema aéreo mundial: El espacio aéreo de EE.UU. es un eje global. Una restricción prolongada introduce tensión en protocolos de tránsito internacional, conexiones intercontinentales y servicios que implican intercambio entre aeropuertos de Canadá, Europa, Asia y América Latina.
  • Para los pasajeros domésticos: Podrían enfrentar listas de espera más largas en aeropuertos importantes, trayectos cancelados con poca antelación, costes adicionales por cambios de itinerario, estancias imprevistas o transporte alternativo de último minuto.

¿Qué medidas están siendo tomadas y qué queda por hacer?

  • Las autoridades de transporte estadounidenses han convocado reuniones con las aerolíneas para coordinar la reducción del tráfico y minimizar el impacto sobre los pasajeros.
  • Las compañías aéreas están sugiriendo a los pasajeros que anticipen cambios, consulten sus itinerarios y, de ser posible, opten por rutas alternativas fuera de los hubs más saturados.
  • Legisladores y sindicatos están incrementando la presión para que el Congreso reanude la financiación del gobierno, con el argumento de que la continuidad del cierre implica un riesgo público para la aviación.
  • Entretanto, se estudia el impacto en los aeropuertos extranjeros que registran vuelos de conexión con EE.UU., por lo que algunos países podrían activar sus propias alertas de viaje o asesorías para ciudadanos que cruzan por los estadios americanos.

Escenarios a futuro

Escenario A – Resolución rápida del cierre
Si el Congreso aprueba pronto una extensión presupuestal o un acuerdo de financiación, la reducción del tráfico aéreo podría revertirse o suavizarse rápidamente, evitando un impacto grave a la temporada alta de viajes.

Escenario B – Perturbaciones moderadas prolongadas
Si el cierre continúa varias semanas más, la reducción del 10 % se sostendrá, las cancelaciones y demoras aumentarán, y la temporada de Thanksgiving podría transformarse en un “viaje de riesgos”.

Escenario C – Crisis aeroportuaria mayor
En caso de que la reducción del tráfico se extienda mucho más o se vea combinada con otras fallas operativas (por ejemplo, escasez de controladores, interrupción de sistemas TSA, cortes de corriente), podría llegar a bloquearse parcialmente el espacio aéreo, generando una crisis sin precedentes en la aviación civil estadounidense.

Lo que comenzó como una disputa presupuestaria entre el Congreso y el Ejecutivo de EE.UU. tomó ahora la forma de un problema palpable para viajeros, aerolíneas y sistemas de transporte global. Cuando el gobierno se cierra, el cielo no lo hace de forma automática… pero los vuelos sí pueden reducirse.
Para los pasajeros internacionales, y para quienes dependen de conexiones transfronterizas, el mensaje es claro: planificar con anticipación, anticipar cambios y estar preparados para lo imprevisto.
Y para los ciudadanos de EE.UU., la señal es doble: el cierre no es sólo una paralización doméstica sino un fenómeno con efecto dominó global. En un mundo donde volar y conectar son casi sinónimos de movilidad, los retrasos se cuentan no solo en minutos, sino en confianza.

Fuente: www.theguardian.com

Foto: Google fotos


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