THE LATIN VOX (2 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Intel enfrenta un nuevo capítulo en su historia tras el anuncio de la jubilación de su CEO, Pat Gelsinger, quien deja el cargo después de una carrera de más de 40 años en la empresa. En su lugar, David Zinsner y Michelle Johnston Holthaus han sido nombrados como co-CEOs interinos, un movimiento que llega en un momento crítico para la gigante de los semiconductores, que lucha por mantenerse al día con competidores como Nvidia y AMD, que han ganado terreno rápidamente.
Gelsinger, quien fue pionero en el desarrollo de la tecnología de semiconductores desde que se unió a Intel en 1979, comenzó como el primer director de tecnología de la empresa. Tras un largo recorrido por distintas empresas tecnológicas, regresó a Intel como CEO en 2021, cuando la compañía enfrentaba serias dificultades para competir en un mercado cada vez más dinámico.
En ese entonces, su misión era recuperar el liderazgo de Intel en la industria de los chips, pero la batalla ha sido más difícil de lo esperado. Ahora, tras dos años de desafíos, Gelsinger ha decidido dar un paso atrás y retirarse también de la junta directiva de la empresa.
Un cambio de dirección en un momento crítico
La salida de Gelsinger se produce en un contexto complejo para Intel. Aunque la demanda de chips nunca ha sido tan alta ni tan lucrativa, la empresa ha tenido dificultades para igualar el éxito de sus rivales más ágiles. Con un mercado cada vez más competitivo, Intel ha tenido que lidiar con una serie de problemas, desde fallos en la producción de sus nuevos chips hasta dificultades para adaptarse a la creciente demanda de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento.
Recientemente, el gobierno de Joe Biden también intervino en el panorama de Intel, revelando que reduciría parte de los fondos federales destinados a la empresa. A pesar de recibir una financiación directa de hasta 8.5 mil millones de dólares para la construcción de fábricas de chips en todo el país, la administración Biden decidió recortar una parte de este dinero, especialmente debido a la asignación de 3 mil millones de dólares para que Intel suministrara chips a fines militares.
Aunque este ajuste no está relacionado con el rendimiento financiero de Intel, la medida subraya el difícil momento que atraviesa la compañía en su intento por volver a recuperar su posición dominante.
La larga lucha contra la competencia
Una de las estrategias de Intel ha sido reducir costos y optimizar su estructura interna. En agosto, la empresa anunció un plan de recorte de 15% en su fuerza laboral, lo que se traduce en la eliminación de aproximadamente 15,000 puestos de trabajo.
Este intento por reestructurar la compañía busca ajustarse a un entorno cada vez más competitivo, en el que rivales como Nvidia, que se ha especializado en chips gráficos para inteligencia artificial, y AMD, que ha logrado importantes avances en chips de alto rendimiento, están ganando terreno rápidamente.
A pesar de la adversidad, Intel sigue siendo una de las mayores fabricantes de semiconductores a nivel mundial, fabricando tanto los chips como los componentes necesarios para su producción. Sin embargo, la transición de la compañía hacia nuevas tecnologías y modelos de negocio no ha sido sencilla, y muchos expertos consideran que el recorte en su plantilla y la salida de Gelsinger podrían reflejar la necesidad urgente de reestructuración interna y adaptarse a los nuevos tiempos.
Un nuevo liderazgo en la espera
El nombramiento de Zinsner y Holthaus como co-CEOs interinos es un indicio de que Intel busca estabilizar su dirección en un periodo incierto. Zinsner, que ocupa el cargo de vicepresidente ejecutivo y director financiero, y Holthaus, quien lidera el área de productos de Intel, tendrán la responsabilidad de guiar a la empresa mientras se busca un CEO permanente.
El presidente de la junta directiva de Intel, Frank Yeary, también asumirá el cargo de presidente ejecutivo interino, lo que refuerza la idea de que la compañía está tomando medidas para asegurar su estabilidad en los próximos meses.
El legado de Gelsinger: Innovación y fabricación de semiconductores
Durante su tiempo en Intel, Gelsinger jugó un papel clave en revitalizar la fabricación de semiconductores de la compañía. La inversión en procesos de fabricación de última generación y el impulso a la innovación fueron dos de sus mayores legados.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por modernizar la infraestructura de Intel, la empresa aún no ha logrado recuperar el terreno perdido ante sus competidores más rápidos en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Como líder, Gelsinger se destacó por su dedicación a la innovación y la modernización de Intel en tiempos difíciles. No obstante, la presión de mantenerse a la vanguardia de la industria tecnológica, junto con la creciente competencia, parecen haber marcado el fin de una era para la compañía.
La salida de Gelsinger abre un capítulo incierto en la historia de Intel, pero la empresa todavía tiene un largo camino por recorrer para adaptarse a un entorno tecnológico cada vez más complejo y competitivo. La lucha por recuperar su liderazgo en la industria de los semiconductores no ha terminado, pero el futuro de Intel dependerá de cómo gestione su transición hacia un nuevo liderazgo y enfoque estratégico.
Crédito fotográfico: CBNC News