El patinaje de velocidad en pista corta es uno de los deportes más exitosos para Canadá en los Juegos Olímpicos de Invierno. Con 37 medallas, incluyendo 13 de oro, el país ocupa el segundo lugar en el medallero histórico, solo detrás de Corea del Sur. Y el futuro se ve prometedor, con una nueva generación de patinadores que se perfila para seguir los pasos de sus predecesores.
Entre ellos se destaca Florence Brunelle, una joven de 18 años que ya ha demostrado su talento y su potencial en el circuito internacional. Brunelle ganó dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2020 en Lausana, Suiza, y fue la mejor canadiense en la Copa del Mundo Junior de 2020 en Bormio, Italia, donde terminó cuarta en los 500 metros y quinta en los 1.000 metros.
Brunelle se inició en el patinaje a los cuatro años, siguiendo el ejemplo de su hermana mayor, que también practicaba este deporte. Desde entonces, ha desarrollado una pasión y una determinación que la han llevado a superar los obstáculos y a perseguir sus sueños. Su objetivo es participar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022 y seguir la estela de sus ídolos, como Charles Hamelin y Kim Boutin.
Para lograrlo, Brunelle entrena duro con el equipo nacional en Montreal, bajo la dirección del entrenador Sébastien Cros. Allí comparte pista con otros jóvenes talentos, como Claudia Gagnon, William Dandjinou y Matej Pederson, que también aspiran a representar a Canadá en las próximas competiciones internacionales.
El patinaje de velocidad en pista corta es un deporte exigente, que requiere velocidad, resistencia, técnica y estrategia. Pero también es un deporte emocionante, que ofrece espectáculo y sorpresas. Con patinadores como Brunelle y sus compañeros, Canadá puede estar seguro de que tendrá un equipo competitivo y motivado para seguir cosechando éxitos en este deporte.