En un movimiento que ha generado un intenso debate, el líder conservador Pierre Poilievre ha expresado su apoyo a la implementación de tratamientos psiquiátricos y de drogas obligatorios para niños y prisioneros que se consideren incapaces de tomar decisiones por sí mismos. Esta postura surge tras el testimonio de los padres de una niña de 13 años de Columbia Británica, quienes relataron ante un comité parlamentario las luchas de su hija con la salud mental antes de su trágica muerte por sobredosis en un campamento de personas sin hogar en Abbotsford, B.C. Los padres afirmaron que su hija fue dada de alta a pesar de sus repetidos intentos de mantenerla en tratamiento.
Poilievre, quien anteriormente había mostrado apertura a la idea pero necesitaba estudiarla más a fondo, ahora se muestra decidido a avanzar con esta propuesta. Sin embargo, aún está investigando cómo funcionaría el tratamiento obligatorio en el caso de los adultos. Esta medida se está considerando o expandiendo en varias provincias de Canadá, ya que las comunidades luchan por hacer frente a una crisis nacional de sobredosis.
El líder conservador ha señalado que su enfoque se centra en aquellos que no pueden tomar decisiones informadas sobre su propia salud, argumentando que la intervención obligatoria podría salvar vidas y reducir el sufrimiento. No obstante, esta propuesta ha sido recibida con críticas por parte de defensores de los derechos humanos y expertos en salud mental, quienes advierten sobre los riesgos de violar los derechos individuales y la eficacia de los tratamientos forzados.
La discusión sobre el tratamiento obligatorio se enmarca en un contexto más amplio de políticas de salud mental y adicciones en Canadá, donde varias provincias están explorando nuevas estrategias para abordar la creciente crisis de sobredosis. La postura de Poilievre refleja una tendencia hacia enfoques más intervencionistas en un intento de frenar las muertes relacionadas con las drogas y mejorar la salud pública.