
THE LATIN VOX (5 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El presidente francés Emmanuel Macron aseguró que 26 países se han comprometido a brindar garantías de seguridad a Ucrania una vez que termine la guerra, lo que incluiría la presencia de tropas internacionales en tierra, mar y aire.
El anuncio se dio tras una cumbre en el Palacio del Elíseo en la que líderes europeos buscaron también presionar a Donald Trump para que precise el nivel de apoyo estadounidense a Kiev.
“El día en que el conflicto se detenga, las garantías de seguridad se desplegarán”, afirmó Macron en una rueda de prensa junto al presidente ucraniano Volodímir Zelensky. Según el mandatario francés, las fuerzas no se ubicarán en la primera línea de combate, sino que funcionarán como “fuerza de disuasión” para evitar nuevas agresiones.
Zelensky celebró el compromiso como un paso tangible tras meses de incertidumbre. “Es la primera medida seria y concreta en mucho tiempo”, dijo.
Europa busca claridad en Washington
La reunión de 35 líderes de la llamada coalición de los dispuestos estuvo marcada por la presión sobre Estados Unidos. Trump, que recientemente se reunió en Alaska con Vladimir Putin, había fijado el 1 de septiembre como fecha límite para un encuentro directo entre Zelensky y el líder ruso, pero Moscú rechazó la propuesta al insistir en condiciones inaceptables: cesión de territorio y el compromiso de que Ucrania no se incorpore nunca a la OTAN.
La incertidumbre sobre la voluntad real de Washington preocupa a Europa. Alemania, España e Italia, por ejemplo, se han negado hasta ahora a enviar tropas, argumentando que su contribución debe centrarse en financiar, entrenar y equipar al ejército ucraniano.
Macron, sin embargo, quiso subrayar que el compromiso europeo es firme: “Las contribuciones que se prepararon y confirmaron por nuestros ministros de defensa nos permiten afirmar que este trabajo está completo y será aprobado políticamente”.
Reacciones de Moscú y tensiones diplomáticas
El Kremlin respondió con dureza. El portavoz Dmitri Peskov advirtió que Occidente “no puede ofrecer garantías de seguridad a Ucrania que sean aceptables para Rusia”. Desde Moscú insisten en que cualquier despliegue internacional en territorio ucraniano sería considerado una provocación.
Pese a ello, la OTAN reafirmó que será Europa, y no Putin, quien decida si se estacionan tropas en Ucrania tras la guerra. El secretario general, Mark Rutte, declaró: “Debemos dejar de otorgar a Putin un poder que no tiene”.
El dilema de Trump y la presión económica
Trump, cada vez más enfocado en la política interna, ha mostrado frustración con Putin, aunque no ha articulado una estrategia clara para debilitar la economía rusa.
Europa insiste en que Estados Unidos active sanciones más duras contra quienes compran petróleo ruso, mientras que la Casa Blanca ha empezado a facilitar el suministro de armamento avanzado gracias a la financiación conjunta de países como Dinamarca, Países Bajos y Noruega.
Mientras tanto, Rusia enfrenta señales de agotamiento económico. El propio presidente del poderoso Sberbank, German Gref, advirtió esta semana que la economía podría caer en recesión debido a los altos tipos de interés necesarios para contener la inflación.
Una apuesta por la posguerra
Para Zelensky, las garantías de seguridad son vitales para convencer a la población de que el sacrificio no será en vano. Para Macron, el despliegue de una fuerza multinacional representa un gesto político que envía un mensaje de cohesión frente a Moscú.
Sin embargo, el plan aún deja preguntas abiertas: ¿cuántos soldados estarán implicados? ¿Qué papel jugará finalmente Washington? Y, sobre todo, ¿cómo responderá Rusia ante un nuevo equilibrio militar en el corazón de Europa?
Crédito fotográfico: Euractiv