THE LATIN VOX (27 de octubre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Japón se prepara para votar en lo que podría ser una de sus elecciones más reñidas en años, y el nuevo primer ministro, Shigeru Ishiba, enfrenta un panorama incierto. Al frente del partido Liberal Democrático (LDP), Ishiba podría experimentar uno de los peores resultados de la formación política desde 2009, lo que amenazaría su liderazgo.
Los sondeos de opinión sugieren que el LDP y su socio de coalición podrían no alcanzar la mayoría necesaria, un resultado que podría significar un golpe devastador para Ishiba. A sus 67 años, el exministro de Defensa asumió el cargo y convocó a elecciones anticipadas después de haber sido elegido con un margen estrecho el mes pasado para liderar el LDP, un partido que ha gobernado Japón durante casi la totalidad de las últimas siete décadas.
Sin embargo, los votantes de la cuarta economía más grande del mundo se han mostrado cada vez más descontentos. La creciente inflación y las secuelas de un escándalo relacionado con un fondo de sobornos del partido, que contribuyó a la caída del ex primer ministro Fumio Kishida, han alimentado el malestar en la población.
La incertidumbre que rodea a la LDP se refleja en la tensión en las calles y en las urnas, donde los ciudadanos expresan su frustración por el aumento de los precios y la falta de confianza en los líderes actuales. La situación coloca a Ishiba en una posición precaria, donde un resultado electoral desfavorable podría complicar aún más su mandato y su capacidad para implementar políticas.
A medida que los votantes se preparan para emitir su sufragio, la atención está puesta no solo en el futuro de Ishiba y del LDP, sino también en la dirección que tomará Japón en un contexto económico y político cada vez más desafiante. Las próximas horas serán cruciales para determinar el rumbo del país y la estabilidad de su gobierno.
Crédito fotográfico: FRANCK ROBICHON/Pool via REUTERS/ File Photo