
THE LATIN VOX (10 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El primer ministro de Manitoba, Wab Kinew, lanzó una respuesta directa y cargada de indignación este jueves a seis legisladores estadounidenses que se quejaron públicamente del humo de incendios forestales canadienses que afecta el norte de Estados Unidos.
La carta, firmada por representantes republicanos de Minnesota y Wisconsin, acusaba a Canadá de una supuesta “falta de gestión forestal activa” y de empañar el verano estadounidense con “humo sofocante”.
Pero Kinew no tardó en contraatacar.
«He estrechado la mano de bomberos estadounidenses que están ayudándonos en el norte de Manitoba», dijo. «Desafiaría a estos cazadores de ambulancias del Congreso de EE. UU. a que hagan lo mismo y escuchen cuánto aman nuestra provincia los verdaderos héroes estadounidenses que están aquí luchando contra el fuego.»
Incendios devastadores en el corazón de Canadá
Manitoba, al igual que otras provincias canadienses, está atravesando una de las temporadas de incendios más graves de su historia. Miles de residentes han sido evacuados y se han reportado al menos dos muertes relacionadas con el fuego.
Actualmente hay más de 500 incendios activos en Canadá, muchos de ellos alimentados por condiciones climáticas extremas y prolongadas sequías.
«Esto es lo que aleja a la gente de la política,» agregó Kinew. «Cuando ves a un grupo de congresistas tratando de trivializar una temporada de incendios que ha costado vidas en nuestra provincia, simplemente para ganar puntos políticos.»
La carta que desató la polémica
La misiva firmada por los representantes Tom Tiffany, Glenn Grothman, Brad Finstad, Michelle Fischbach, Pete Stauber y Tom Emmer se dirigía al embajador canadiense en Washington. En ella, expresaban que el humo estaba arruinando el verano para sus electores, impidiendo actividades al aire libre y culpando a Canadá por no tomar suficientes medidas preventivas.
«Tenemos toda esta tecnología a nuestro alcance para prevenir y combatir incendios forestales», señalaba el texto, insinuando incluso que algunos incendios pudieron haber sido causados intencionadamente.
“El humo sopla en ambas direcciones”
Expertos y funcionarios canadienses han respondido con claridad: el problema es complejo, compartido y no puede resolverse con soluciones simplistas. “El humo cruza la frontera en ambas direcciones”, afirmó la científica forestal Lori Daniels, de la Universidad de Columbia Británica. «En los últimos años, también hemos sufrido por el humo proveniente de incendios en California y Washington.»
Daniels subrayó que aproximadamente la mitad de los incendios en Canadá son causados por rayos en zonas remotas, lo que dificulta enormemente su control. Algunos incendios de la temporada pasada, de hecho, siguen activos tras haberse mantenido bajo tierra durante el invierno. «No es falta de esfuerzo, estamos enfrentando condiciones extremas debido al cambio climático», explicó.
Una lucha global, no una guerra política
La embajada de Canadá en Washington respondió a la carta señalando que «Canadá se toma muy en serio la prevención y mitigación de incendios forestales». La canciller Anita Anand también intervino en defensa de los esfuerzos canadienses, recordando que durante la reciente cumbre del G7 se firmó la Carta de Incendios Forestales de Kananaskis, que compromete a los países miembros a cooperar en la lucha contra estos desastres.
«Nuestros bomberos, socorristas y voluntarios están trabajando incansablemente para proteger vidas y propiedades,» afirmó Recursos Naturales de Canadá. También destacaron que el país colabora activamente con comunidades indígenas, provincias y socios internacionales para enfrentar el desafío.
Más allá de la política: la realidad del cambio climático
Glenn McGillivray, director del Instituto para la Reducción de Pérdidas Catastróficas, advirtió que pensar que una mejor “gestión forestal” podrá eliminar incendios en un país tan vasto como Canadá es “una ilusión”. Con un territorio en su mayoría cubierto por bosques boreales, Canadá es vulnerable a fuegos naturales intensos, cuya frecuencia e intensidad se han visto exacerbadas por el calentamiento global.
«Necesitamos entender la diferencia entre buenos incendios —como las quemas controladas, con beneficios ecológicos— y los incendios destructivos que arrasan con todo a su paso», explicó.
Consejos ante el humo: cuidar la salud, no buscar culpables
Los expertos coinciden en que el humo de los incendios es un serio riesgo para la salud pública. Las autoridades recomiendan usar mascarillas N-95, limitar la actividad física al aire libre, utilizar filtros de aire en interiores y monitorear los índices locales de calidad del aire.
Pero, como señaló el primer ministro Kinew, «mientras algunos se quejan del humo en sus parrilladas, aquí estamos enterrando a seres queridos y luchando por salvar comunidades enteras.»
El fuego, como el humo, no conoce fronteras políticas. La solución a los incendios forestales no será hallada en cartas cargadas de reproche, sino en la cooperación real entre vecinos que comparten no solo un continente, sino también los estragos de un planeta cada vez más cálido.
Crédito fotográfico: The Canadian Press