
THE LATIN VOX (30 de septiembre de 2025).- Por Daniela Medina.
En medio de crecientes críticas, bajas en las encuestas y una oposición políticamente más agresiva, el primer ministro de Quebec, François Legault, ha iniciado lo que muchos analistas consideran un “último esfuerzo” para salvar su posición política y evitar lo que llaman una “aniquilación electoral” en los próximos comicios provinciales. Durante un congreso partidario reciente, Legault adoptó un tono combativo y apeló a la unidad frente a lo que definió como una “situación grave” para su gobierno. (Reporte de Yahoo News sobre el congreso de Quebec)
Pese al dominio que su coalición la Coalition avenir Québec (CAQ)— ha mantenido en años recientes, ahora enfrenta un ambiente de descontento social en temas como salud, costos de vida, vivienda y servicios públicos, que podrían jugar en su contra. Este giro ha llevado al mandatario a desplegar maniobras de retroexcavación política, discursos públicos reactivados y promesas de reformas urgentes.
El escenario político que pone a Legault contra las cuerdas
Caída en las encuestas y desgaste de imagen
Durante los últimos meses, Legault y su gobierno han visto cómo su popularidad se ve erosionada. Problemas recurrentes en el sistema de salud, demoras en atención médica, escasez de personal y esperas prolongadas han alimentado un clima de descontento generalizado entre la población. A esto se suman críticas por la gestión de la vivienda, especialmente en ciudades como Montreal, donde el costo de arrendamientos y la falta de viviendas asequibles han tocado fibras sensibles en amplios sectores sociales.
En este contexto, la oposición provincial liderada por el Partido Liberal de Quebec (PLQ) y otros partidos como Québec solidaire ha comenzado a consolidar un discurso que apunta directamente a las falencias del gobierno. Algunos analistas advierten que, si la tendencia continúa, la CAQ corre el riesgo de perder su mayoría en la Asamblea Nacional.
El giro estratégico de Legault: congreso, unidad y señales de urgencia
Para contrarrestar el momentum opositor, Legault convocó un congreso de su partido donde adoptó un discurso contundente: hizo un llamado a la disciplina interna, a mejorar la comunicación con la base ciudadana y a presentar una imagen renovada de liderazgo fuerte frente a crisis.
Durante ese evento, se presentó simbólicamente con música de épica y un estilo más combativo que apelara al carácter identitario de Quebec. Se interpretó como un intento de reanimar el fervor interno y proyectar confianza frente al desgaste externo. Además, habría propuestas para ajustar mensajes, presentar iniciativas mediáticas y reforzar la presencia del gobierno en medios y territorios donde ha perdido terreno.
Según observadores, eso indica que Quebec Next el proyecto de diálogo público y reflexión provincial sobre el papel de Quebec dentro de la federación podría servir como herramienta política de relanzamiento.
Riesgos del “ultimo cartucho”
El uso de retórica urgente y de emergencia política puede resultar una estrategia de doble filo. Si los ciudadanos perciben que Legault actúa por supervivencia electoral más que convicción de gobierno, podría ser contraproducente. Además, los opositores podrían capitalizar cada fallo o promesa incumplida como prueba de debilidad.
Otro riesgo es que los movimientos sociales y estudiantes, que han variado entre la crítica moderada y las protestas, aprovechen esta atmósfera para radicalizar exigencias, especialmente en temas de salud, educación, vivienda y justicia social.
Comparativo: precedentes en Quebec y Canadá
El uso de congresos “rescate” no es inédito. Históricamente, los primeros ministros o gobernantes en crisis han recurrido a eventos partidarios simbólicos para reafirmar liderazgo, recapturar iniciativa mediática y movilizar bases internas. El contexto de Quebec, con su historia de autonomía, identidad nacional y tensiones federalistas, hace que estas maniobras políticas tengan un peso mayor: no solo se juega la administración diaria, sino los temas fundantes sobre el papel del gobierno provincial frente a Ottawa.
En la próxima elección general de Quebec (prevista antes de octubre de 2026) , este tipo de movimientos podrían definir si la CAQ mantiene el poder o si se convierte en un gobierno que arrancará desde la defensiva.
Qué esperar: estrategias, escenarios y desenlaces
- Reformismo simbólico inmediato
Legault podría anunciar reformas de rápida implementación en salud, vivienda o subsidios para demostrar que escucha al electorado, aunque sean parches temporales. - Movilización territorial intensiva
El gobierno puede reforzar su presencia electoral en zonas donde la CAQ perdió apoyo, hacer discursos públicos constantes, actos regionales y visitas de ministros para reconquistar simpatías. - Coaliciones temporales o acuerdos con partidos menores
Si la CAQ teme perder su mayoría, podría explorar alianzas tácticas con partidos moderados o independientes para asegurar respaldo en la Asamblea Nacional. - Escenario electoral adverso
Si la reanimación no tiene efecto, el desgaste puede costarle la reelección o una mayoría clara. En ese caso, el liderazgo mismo de Legault podría quedar cuestionado.
Evaluación crítica: ¿es ya un “riesgo de aniquilación política”?
Usar la palabra “aniquilación” es dramático, pero refleja el tono del contexto político actual: cuando un gobierno dominante enfrenta la pérdida de popularidad, las expectativas y la fuerza de la oposición, cada paso cuenta. Lo que Legault busca ahora es escapar del desmoronamiento institucional antes que sea irreversible.
El escenario para Quebec en los próximos meses será más que elección: será un combate simbólico entre la narrativa del poder y la narrativa de la oposición. Y el desenlace de esta contienda podrá redefinir el rumbo político de la provincia en una coyuntura clave para su identidad y su relación con Canadá.
Fuente: www.ctvnews.ca
Foto: Google fotos