En un evento que debía ser una ocasión diplomática, Canadá se ha visto envuelto en una situación embarazosa. El Primer Ministro Italiano, Giorgia Meloni, visitó el Art Gallery of Ontario (AGO) en Toronto, donde se celebraría una recepción en su honor. Sin embargo, un grupo de manifestantes pro-palestinos bloqueó las entradas, impidiendo que el evento se llevara a cabo. Esto plantea interrogantes sobre la seriedad y la capacidad de Canadá para albergar a líderes internacionales.
Meloni, como líder del G7, merecía un trato respetuoso y sin interrupciones. A pesar de las diferencias políticas, la cortesía diplomática debería prevalecer. La protesta, aunque legítima, no debería haber afectado un evento oficial de esta magnitud. Canadá, como nación en el escenario mundial, debe demostrar su capacidad para recibir a líderes extranjeros sin incidentes.
En resumen, la recepción frustrada del Primer Ministro Italiano en el AGO destaca la necesidad de mantener la seriedad en asuntos diplomáticos y la importancia de separar las diferencias políticas de los eventos oficiales.