
THE LATIN VOX (4 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
En el marco del Día Nacional de la Verdad y Reconciliación, celebrado el 30 de septiembre, comunidades indígenas en Canadá enfrentaron una ola de declaraciones y acciones que minimizan o niegan la magnitud de las atrocidades y abusos en las escuelas residenciales. El negacionismo histórico ya descrito por expertos ha resurgido con fuerza, afectando la confianza pública en los procesos de reconciliación y profundizando el dolor de sobrevivientes.
La Comisión de Verdad y Reconciliación (Truth and Reconciliation Commission, TRC), constituida tras acuerdos legales entre el gobierno federal y sobrevivientes de las escuelas residenciales, determinó que uno de los objetivos centrales de ese sistema fue la eliminación de las culturas indígenas. Entre 1857 y 1996, aproximadamente 150,000 niños indígenas fueron obligados a asistir a escuelas administradas por iglesias pero financiadas por el Estado, lejos de sus comunidades, privados de su idioma, cultura y familia. Se estima que al menos 6,000 niños murieron en estos internados; sin embargo, algunos expertos creen que la cifra real podría ser considerablemente mayor.
Manifestaciones recientes del negacionismo: actores, frases y repercusiones
Declaraciones públicas controvertidas
- Maxime Bernier, líder del People’s Party of Canada, declaró recientemente en redes sociales que el “genocidio de las escuelas residenciales” es un engaño, que los cuerpos “no fueron encontrados” y que la reconciliación es una narrativa victimizante (“victim mentality”).
- Un exdiputado del Partido Conservador de la Columbia Británica, Dallas Brodie, fue expulsado de su partido luego de declaraciones consideradas de burla hacia sobrevivientes de escuelas residenciales, incluyendo testimonios de abuso sexual. Brodie también promovió un video titulado “Making a Killing: Reconciliation, Genocide and Plunder in Canada.”
- Empleados del ámbito político en BC tuitearon que la bandera de sobrevivientes de las escuelas residenciales era “fake” (“falsa”) y una perpetuación de “untruths” (“inconvenientes” o mentiras) sobre la historia de Canadá.
Reacción de líderes indígenas y del gobierno
- La ministra de Servicios Indígenas, Mandy Gull-Masty, emitió una carta abierta condenando lo que describió como “faltas de humildad, respeto y honestidad” por parte de quienes minimizan la historia. Actos de este tipo, según ella, no corresponden con los valores necesarios para avanzar hacia una reconciliación genuina.
- La Asamblea de Primeras Naciones (Assembly of First Nations) remitió publicaciones de Bernier en redes sociales a la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés) como posibles incidentes de discurso de odio.
Por qué no se trata solo de “opiniones”: el daño del negacionismo
Impacto psicológico y social
Para los sobrevivientes de las escuelas residenciales, las declaraciones que minimizan o niegan sus experiencias reactivan traumas. La narrativa pública de sus vivencias no sólo busca reconocimiento histórico, sino reparación moral y social. Restar importancia a estos hechos puede equivaler a negar la realidad de quienes sufrieron, perpetuar el silencio y el estigma.
Obstáculo para la reconciliación
La reconciliación —como propone la TRC— depende de la aceptación colectiva de hechos históricos, de la verdad testimoniales y del reconocimiento público. Cuando figuras públicas dudan o cuestionan datos ya verificados, se erosionan los cimientos del diálogo necesario para reparar relaciones entre el Estado y las comunidades indígenas.
Documentación y pruebas históricas firmes
- El informe de la TRC recogió decenas de miles de testimonios de sobrevivientes; documentos gubernamentales, registros institucionales y archivos de iglesias corroboran abusos físicos, psicológicos, culturales y sexuales.
- La investigación en Kamloops en 2021, con uso de radar para identificar posibles tumbas sin marcar, reavivó discusiones sobre lugares de entierro olvidados o no reconocidos oficialmente. Aunque en algunos casos no se ha procedido con excavaciones, los testimonios y registros antiguos reconocen muertes por enfermedades, negligencia y condiciones deplorables.
Tensiones políticas y legales: propuestas y debates pendientes
Proyecto de ley para criminalizar el negacionismo
La diputada del Nuevo Partido Democrático (NDP), Leah Gazan, introdujo un proyecto de ley de miembro privado que busca enmendar el Código Penal para sancionar con hasta dos años de prisión a personas que “condonen, nieguen, minimicen o justifiquen el sistema de escuelas residenciales de Canadá” o que “malinterpreten hechos relacionados con él”, cuando esto constituya discurso de odio.
El proyecto perdió impulso tras disolverse el Parlamento por elecciones anticipadas, pero sigue siendo una de las propuestas más contundentes ante la ola de negacionismo.
Educación pública, memoria colectiva y currículos escolares
Líderes indígenas han señalado que el sistema educativo canadiense aún no ha integrado completamente la verdad histórica de las escuelas residenciales. Muchos estudiantes no reciben enseñanza suficiente sobre este capítulo de la historia nacional, y algunos currículos prefieren omitir testimonios traumáticos o datos sobre muertes.
Denuncias ante organismos de derechos humanos
Las declaraciones de figuras públicas que minimizan o niegan la realidad han sido denunciadas por organizaciones defensoras de derechos humanos como ejemplos de discurso de odio, discriminación y violencia simbólica. También han pedido que autoridades estatales intervengan cuando se identifiquen conductas que fomentan el negacionismo.
Comparaciones internacionales y tendencias de negacionismo
El fenómeno de negar o distorsionar hechos históricos traumáticos no es exclusivo de Canadá. En otros países, debates similares se dan sobre el Holocausto, los crímenes del colonialismo, el Apartheid, los genocidios contemporáneos o el cambio climático. Especialistas en memoria histórica advierten que negar el pasado es una estrategia recurrente para impedir justicia, reparaciones y para conservar estructuras de poder existentes.
En Canadá, este tipo de negacionismo ha sido llamado “denialism” (negacionismo de las escuelas residenciales), y ha adquirido tintes de ataque político al atraer declaraciones de líderes con visiones revisionistas, a veces bajo la bandera de “libertad de expresión”.
Desafíos para la acción efectiva
- Marco legal claro
Será fundamental aprobar leyes que definan qué constituye negacionismo, cómo se sanciona y equilibrar ese esfuerzo con protección de derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión, sin permitir la minimización de crímenes históricos. - Educación inclusiva y continua
Reformar los currículos escolares para incluir testimonios, registros históricos, material audiovisual y documentos oficiales que reflejen el dolor, la resistencia y las consecuencias de las escuelas residenciales. - Apoyo a sobrevivientes y salud mental
Proveer servicios adecuados de atención, salud mental, terapias, recopilación de historias orales con respeto cultural como parte fundamental del reconocimiento y de la sanación individual y colectiva. - Verificación pública y transparencia en archivos
Que los registros gubernamentales, eclesiásticos y comunitarios estén disponibles, sin censura, para verdad histórica, investigaciones científicas y reconocimiento oficial de lugares de entierro, muerte y desaparición. - Respuesta política digna
Los líderes públicos deben adoptar un rol responsable: condenar públicamente el negacionismo, aclarar hechos cuando se tergiversen, apoyar las iniciativas de verdad y reconciliación, evitar discursos divisionistas.
Para los pueblos indígenas de Canadá, el problema no es simplemente recordar: es ser creídos, ser respetados, ver su historia reconocida con todas sus consecuencias. Cuando líderes políticos y figuras públicas tratan de minimizar, negar o distorsionar ese pasado, no solo afectan la memoria histórica, sino el presente: la aceptación social, la justicia reparadora, el bienestar psicológico de quienes sobrevivieron y el consenso nacional necesario para reconciliar un país con sus heridas más profundas.
Canadá se enfrenta ante un punto de inflexión: si permite que el negacionismo prospere, corre el riesgo de fracturar aún más su tejido social; si actúa con firmeza, podrá mostrar que la reconciliación no es un mero eslogan, sino una construcción colectiva, dolorosa, exigente… y esencial.
Fuente: www.ctvnews.ca
Foto: Google fotos