El asesinato de un activista canadiense de origen indio en Nueva Delhi ha puesto de relieve el movimiento Khalistan, una corriente separatista que busca la creación de un estado independiente para los sijs en la región del Punjab, al norte de India.
El activista se llamaba Harjit Singh Sajjan y era miembro del Partido Liberal de Canadá y defensor de los derechos humanos de los sijs. Fue encontrado muerto en su habitación de hotel el pasado 18 de septiembre, con signos de estrangulamiento y heridas de arma blanca.
La policía india ha detenido a cuatro sospechosos, que supuestamente confesaron haber cometido el crimen por motivos políticos. Según la investigación, los asesinos pertenecían a una organización radical llamada Khalistan Tiger Force y actuaron por venganza contra Sajjan, al que consideraban un traidor por apoyar al gobierno indio.
El caso ha provocado una crisis diplomática entre Canadá e India, que ya mantenían una relación tensa por el tema del Khalistan. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, acusó al gobierno indio de estar implicado en el asesinato y expulsó a dos diplomáticos indios de Ottawa. El gobierno indio negó cualquier responsabilidad y calificó la decisión de Canadá de «injustificada e irresponsable».
¿Qué es el Khalistan?
El Khalistan es el nombre que se le da al hipotético estado independiente que reclaman algunos sijs, una minoría religiosa que representa el 2% de la población india. Los sijs se concentran principalmente en el estado del Punjab, donde son mayoría, y tienen una identidad cultural y lingüística propia.
El movimiento Khalistan surgió en la década de 1970, impulsado por el líder religioso Jarnail Singh Bhindranwale, que exigía más autonomía para el Punjab y denunciaba la discriminación y la opresión del gobierno central. El movimiento se radicalizó en los años 80, cuando algunos grupos armados recurrieron al terrorismo para lograr sus fines.
El punto álgido del conflicto se produjo en 1984, cuando el ejército indio asaltó el Templo Dorado de Amritsar, el lugar más sagrado para los sijs, donde se habían atrincherado los militantes khalistaníes. La operación causó cientos de muertos y heridos y desató una ola de violencia sectaria en todo el país. Ese mismo año, la primera ministra india Indira Gandhi fue asesinada por dos de sus guardaespaldas sijs.
Desde entonces, el movimiento Khalistan ha perdido fuerza y apoyo popular en India, aunque sigue activo en la diáspora sij, especialmente en Canadá, donde viven más de 500.000 sijs. Algunos políticos canadienses han expresado su simpatía por el Khalistan o han participado en actos conmemorativos de los líderes khalistaníes. Esto ha generado malestar y recelo en India, que acusa a Canadá de albergar a terroristas y fomentar el separatismo.