¿Qué requiere la industria láctea de EE.UU. de Canadá?

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THE LATIN VOX (27 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Durante años, el sector lácteo ha sido uno de los puntos más sensibles en la relación comercial entre Canadá y Estados Unidos. Las declaraciones incendiarias del presidente Donald Trump, acusando a Canadá de “robarle” a EE.UU. con tarifas desproporcionadas, pintaron una imagen simplista del conflicto.

Pero detrás del ruido político, la industria láctea estadounidense sostiene que su objetivo no es derribar el sistema canadiense de gestión de suministro, sino simplemente que Canadá cumpla con lo pactado en el acuerdo comercial que los une: el CUSMA (conocido en EE.UU. como USMCA).

“La narrativa de que queremos destruir el sistema de gestión de suministro canadiense es falsa”, asegura Shawna Morris, vicepresidenta ejecutiva de políticas comerciales en la National Milk Producers Federation y el U.S. Dairy Export Council. “Es más fácil crear un espantapájaros y generar miedo, pero esa nunca ha sido nuestra intención”.

Lejos de un libre mercado sin restricciones

La gestión de suministro es un sistema canadiense que regula la producción, el precio y las importaciones de productos lácteos con el objetivo de estabilizar el mercado y proteger a los productores nacionales.

No obstante, el acuerdo CUSMA permitió a los productores estadounidenses exportar ciertos volúmenes de productos lácteos a Canadá sin aranceles, lo que representa apenas el 3,5% de la demanda interna canadiense.

Lo que inquieta a los productores estadounidenses no es el tamaño de esa cuota, sino la forma en que Ottawa la distribuye.

Según Morris, “Canadá ha jugado con esas cuotas durante cinco años”. La mayoría de ellas se otorgan a grandes procesadoras lácteas canadienses como Saputo y Agropur, que —sostienen los críticos— tienen poco incentivo para importar productos de EE.UU. que compitan con los suyos.

“No pedimos más cuota ni menores aranceles”, explica Becky Rasdall Vargas, vicepresidenta de comercio y políticas laborales de la International Dairy Foods Association. “Lo que pedimos es que se asigne de forma justa. Los minoristas y el sector de alimentos deberían tener acceso directo a esas importaciones”.

A pesar del bajo uso de las cuotas, las importaciones de productos lácteos estadounidenses hacia Canadá han crecido: en 2024 alcanzaron los 897 millones de dólares canadienses, más del cuádruple que antes de CUSMA. Aun así, la industria del sur argumenta que ese número debería ser aún mayor si se aplicaran correctamente las reglas del acuerdo.

Precios domésticos altos, exportaciones baratas

Otro punto de fricción radica en la política de precios canadiense para los derivados lácteos, como las proteínas de leche o los sólidos lácteos. Estados Unidos acusa a Canadá de vender estos productos en el mercado internacional a precios irrealmente bajos, lo que socava a la competencia global.

“No tiene sentido que uno de los países con los precios más altos de leche a nivel interno pueda exportar proteínas lácteas a algunos de los precios más bajos del mundo”, denuncia Morris. Este tema es tan delicado que ya ha sido objeto de múltiples disputas legales bajo el marco de CUSMA.

Estados Unidos ganó el primer reclamo en 2021, pero perdió el segundo en 2023. Hoy, una nueva investigación de la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. intenta arrojar más luz sobre el tema.

Choques diplomáticos y presión política

Aunque el tono beligerante del expresidente Trump incomodó a muchos en Ottawa, sus críticas lograron algo: poner la política láctea canadiense bajo un microscopio. “Nunca he visto que los intereses lácteos canadienses tomen tan en serio las preocupaciones estadounidenses como en los últimos seis meses”, afirma Rasdall Vargas.

Sin embargo, Canadá no muestra señales de querer ceder en lo esencial. En junio, el Parlamento aprobó una ley que prohíbe negociar mayores cuotas de importación o reducciones de aranceles en futuras conversaciones comerciales. Aun así, existe margen para ajustar la forma en que se administran las cuotas existentes.

¿Un punto medio?

En un contexto geopolítico cada vez más interdependiente, el conflicto lácteo entre Canadá y EE.UU. es un recordatorio de que incluso entre aliados comerciales consolidados, los detalles importan. Las voces del sector lácteo estadounidense insisten en que no buscan desmantelar la soberanía alimentaria de su vecino, sino simplemente participar de forma más equitativa en un mercado compartido.

“Cuando tu socio comercial no te escucha hasta que lo obligas, no es una buena relación”, concluye Rasdall Vargas. Pero si algo está claro, es que en el mundo del comercio internacional, la diplomacia —más que los gritos— es la que realmente mueve la leche.

Fuente: CBC News

Crédito fotográfico: The Dairy Alliance


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