
THE LATIN VOX (14 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Un caso que ha encendido las alarmas sobre la seguridad nacional en Canadá vuelve a ocupar los titulares: Mohamed Abdullah Warsame, un hombre con antecedentes por colaborar con la organización terrorista Al Qaeda, podría declararse culpable de nuevos cargos por amenazas de terrorismo en Montreal.
Warsame, de 51 años, compareció esta semana por videoconferencia desde el centro de detención Rivière-des-Prairies, donde se encuentra recluido tras haber sido acusado de emitir amenazas. Según las autoridades, habría manifestado a un empleado de un refugio para personas sin hogar en Montreal su intención de construir explosivos y detonarlos en el sistema de transporte público de la ciudad.
Aunque aún no ha sido condenado, su abogado, Vincent Petit, indicó ante la jueza Joëlle Roy que existe una “probabilidad realista” de que su cliente se declare culpable. Su próxima comparecencia está prevista para el 1 de octubre.
Posible cadena perpetua
La gravedad del caso aumentó la semana pasada cuando un fiscal federal invocó una disposición poco utilizada del Código Penal canadiense, que permite imponer cadena perpetua a personas declaradas culpables de delitos relacionados con el terrorismo. Esta medida refleja la preocupación de las autoridades por el posible alcance de las amenazas proferidas por Warsame.
El acusado renunció voluntariamente a su derecho a una audiencia de fianza, lo que implica que permanecerá bajo custodia hasta el juicio o hasta que se defina un posible acuerdo con la fiscalía.
Un pasado marcado por el extremismo
No es la primera vez que el nombre de Mohamed Abdullah Warsame aparece vinculado al extremismo islámico. En 2009, se declaró culpable en Minnesota (Estados Unidos) de haber proporcionado apoyo material a Al Qaeda, una de las organizaciones terroristas más temidas del mundo. Aquella condena lo marcó como una figura de alto riesgo para las agencias de seguridad tanto en EE. UU. como en Canadá.
Se desconoce por el momento si las autoridades creen que Warsame cuenta con cómplices o si sus amenazas recientes representan un riesgo inminente. No se han revelado pruebas de que haya tenido acceso real a materiales explosivos, aunque el hecho de haber expresado intenciones violentas ha sido suficiente para activar los protocolos de terrorismo.
Tensión en Montreal
El caso ha generado inquietud en Montreal, una ciudad multicultural conocida por su relativa tranquilidad. La idea de un posible atentado contra el transporte público ha motivado llamados a reforzar la seguridad en estaciones de metro y terminales de autobuses.
Líderes comunitarios y defensores de los derechos humanos también han pedido cautela y transparencia en el manejo del caso, para evitar alimentar la islamofobia o el estigma hacia personas sin hogar, dado que el incidente ocurrió en un refugio.
Un caso bajo vigilancia internacional
La trayectoria de Warsame ha captado la atención de agencias internacionales de inteligencia. Su caso podría convertirse en un ejemplo emblemático de cómo los riesgos de radicalización persisten incluso después de condenas previas y años de aparente anonimato.
Mientras se aguarda el desarrollo del proceso judicial, la pregunta central permanece: ¿qué llevó a un hombre ya condenado por vínculos con el terrorismo a reincidir, más de una década después?
Con el juicio programado para octubre, las autoridades canadienses enfrentan ahora el desafío de equilibrar la seguridad nacional con los principios del debido proceso y los derechos humanos.
La comunidad internacional observa con atención.
Crédito fotográfico: The Canadian Press