
THE LATIN VOX (4 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El verano ha llegado con fuerza a Montreal, y con él, una pregunta se vuelve cada vez más urgente: ¿debería la provincia de Quebec imponer límites de temperatura máxima en los apartamentos alquilados durante los meses más calurosos?
En una ciudad conocida por sus inviernos extremos, las leyes de vivienda exigen que los propietarios mantengan una temperatura mínima durante los meses fríos. Pero en pleno julio, con récords de calor que ya superan los 30 °C y sin obligación de mantener un nivel de confort térmico en verano, miles de inquilinos sufren encerrados en viviendas que se transforman en hornos.
Las consecuencias no son menores. En 2018, 66 personas murieron en Montreal durante una ola de calor, la mayoría de ellas personas mayores con condiciones de salud preexistentes.
Ahora, una investigación del Instituto Nacional de la Investigación Científica (INRS) estima que el calor es responsable de unas 470 muertes al año en Quebec, cifra que podría aumentar dramáticamente si no se toman medidas.
Un derecho a la sombra
Mientras que ciudades como Hamilton y London, en Ontario, avanzan con políticas que abordan directamente este problema —incluyendo un subsidio de $350 para instalar aires acondicionados y una ordenanza en proceso que limitaría la temperatura máxima en los hogares alquilados a 26 °C—, Quebec aún no cuenta con regulaciones claras al respecto.
«Nos preguntan todos los veranos si existe un límite legal de temperatura en los apartamentos. Y la respuesta es no», señala Margaret van Nooten, miembro de la organización comunitaria Project Genesis.
La activista explica que Montreal enfrenta un reto adicional: la antigüedad del parque habitacional. Muchos edificios no tienen sistemas de ventilación adecuados ni capacidad eléctrica suficiente para sostener unidades de aire acondicionado.
Martin Messier, presidente de la Asociación de Propietarios de Quebec, admite que adaptar los edificios antiguos es una tarea técnica y financiera difícil. Pero reconoce que será un tema inevitable en el futuro, especialmente para nuevas construcciones.
El alto precio del calor
Un informe reciente de ACORN Canadá, una organización que aboga por los derechos de los inquilinos de bajos y medianos ingresos, revela una dura realidad:
- El 44 % de los inquilinos encuestados no tiene acceso a aire acondicionado.
- El 67 % paga de su bolsillo los servicios públicos en edificios mal aislados.
- Muchos arrendamientos prohíben expresamente la instalación de aires acondicionados, o los inquilinos temen represalias o desalojo si los colocan por su cuenta.
“Estamos dejando que las personas más vulnerables carguen con el costo de la crisis climática sin las protecciones que merecen”, denuncia el informe de ACORN. La asociación pide que se establezcan requisitos obligatorios de enfriamiento en todas las renovaciones financiadas por el gobierno federal y que se actualicen los estándares de habitabilidad para reflejar la nueva realidad climática.
Un verano más, una respuesta pendiente
Durante las olas de calor, Montreal aconseja a los ciudadanos buscar refugio en estaciones de metro, bibliotecas o centros comunitarios con aire acondicionado. Pero muchos señalan que no es suficiente. «La gente no debería tener que huir de su casa para sobrevivir», afirma Tudor Matei, toxicólogo de Salud Pública de Montreal. “La vivienda debe ser un lugar seguro, incluso bajo temperaturas extremas.”
Desde el Ministerio de Vivienda de Quebec, la portavoz Justine Vézina aseguró que la adaptación al calor es una prioridad emergente y que están observando con atención lo que otras provincias están implementando. “Queremos mejores prácticas de construcción y renovación para garantizar un confort térmico durante todo el año”, señaló.
Pero mientras tanto, el calor sigue golpeando y muchos inquilinos enfrentan una disyuntiva cada vez más común: soportar el calor extremo o gastar lo que no tienen en costosos dispositivos que apenas logran aliviarlo.
¿Es hora de legislar contra el calor?
El debate sobre una temperatura máxima permitida en viviendas de alquiler podría parecer innecesario hace una década. Hoy, en el contexto del cambio climático y el aumento de muertes vinculadas al calor, se ha convertido en una cuestión de salud pública.
Montreal, ciudad de inviernos legendarios, ahora enfrenta un desafío inverso: sobrevivir al verano. Y cada día que pasa sin una regulación clara, la pregunta se vuelve más apremiante: ¿quién tiene derecho al frío?
Con informes de ACORN Canadá, Project Genesis, INRS y la oficina del Ministerio de Vivienda de Quebec.
Crédito fotográfico: Getty Images