
Quebec ha reaccionado con rapidez a la reciente imposición de aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a productos canadienses. El primer ministro de la provincia, François Legault, anunció medidas contundentes para penalizar a las empresas estadounidenses que trabajen con su gobierno, además de respaldar la imposición de aranceles de represalia del 25 % por parte de Canadá.
Durante una conferencia de prensa en Montreal el sábado por la noche, Legault dejó claro que Quebec no permanecerá de brazos cruzados ante lo que considera un ataque económico directo.
«Hoy, el señor Trump ha decidido atacarnos. Debemos ponernos de pie. Tenemos que luchar para proteger nuestra economía, para proteger nuestros empleos», declaró el premier.
El anuncio de Legault llega en un momento de gran incertidumbre para la economía canadiense, ya que estos aranceles podrían afectar gravemente a las exportaciones hacia su mayor socio comercial. El primer ministro aseguró que su gobierno está tomando medidas para minimizar el impacto en las empresas de Quebec y en el empleo.
«Soy consciente de que algunas empresas de Quebec se verán profundamente afectadas por los aranceles estadounidenses. Hemos estimado que podrían estar en riesgo hasta 100,000 empleos en la provincia», advirtió. «Quiero tranquilizar a los quebequenses asegurándoles que haremos todo lo posible para protegerlos. Todos los ministros, en cada ministerio, están trabajando para mitigar el impacto de estas medidas».
Legault anunció que el gobierno federal canadiense responderá con la imposición de aranceles del 25 % a productos estadounidenses, aunque dejó en manos del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, la confirmación de estos aranceles y los detalles específicos. Trudeau tenía programada una conferencia de prensa el mismo sábado por la noche, pero su comparecencia se retrasó.
Según Legault, el gobierno de Quebec también tomará medidas adicionales a nivel provincial. «He solicitado a la presidenta del Consejo del Tesoro, Sonia LeBel, que revise todos los contratos de adquisición que involucren a proveedores estadounidenses.
Esto significa que cualquier empresa estadounidense que participe en licitaciones o que suministre productos y servicios a las redes y ministerios de Quebec, ya sea de manera directa o indirecta, enfrentará penalizaciones».
Este anuncio se suma a la presión que Quebec y el resto de Canadá están ejerciendo para responder a la orden ejecutiva firmada por Trump, que impone aranceles del 25 % a todos los productos provenientes de Canadá a partir del martes. Además, el petróleo y el gas natural canadiense serán gravados con un 10 %.
Legault recordó que había mantenido una reunión con Trump en París a finales del año pasado, en la que intentó evitar la aplicación de estos aranceles mediante el fortalecimiento de la seguridad fronteriza entre Canadá y Estados Unidos. Sin embargo, las gestiones no lograron disuadir a la administración estadounidense de aplicar las tarifas.
El premier también comparó la crisis económica que podría derivarse de estos aranceles con la pandemia de COVID-19, que tuvo que gestionar durante su primer mandato. «Hemos superado crisis antes y lo haremos de nuevo», afirmó con determinación.
Legault también destacó que la respuesta a estas medidas no será sólo provincial, sino nacional. «Hoy me reuní con mis homólogos de otras provincias y territorios, y el primer ministro Trudeau. De manera unánime, todos apoyamos la implementación de medidas de represalia contundentes».
Este respaldo unificado sugiere que el gobierno canadiense está decidido a no ceder ante las presiones comerciales de Estados Unidos. Con millones de empleos en riesgo y sectores clave como el automotriz, el agrícola y el energético potencialmente afectados, la próxima fase de esta disputa comercial podría definir las relaciones bilaterales en los próximos meses.
Por ahora, queda por ver cómo responderá la administración Trump ante las medidas anunciadas por Quebec y el gobierno federal. La incertidumbre reina, pero lo que está claro es que Canadá no se quedará de brazos cruzados.