Quebec: Soraya Martínez Ferrada promete un “nuevo rumbo” para Montreal tras jurar como alcaldesa

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THE LATIN VOX (14 de noviembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Con gaitas resonando en los pasillos del ayuntamiento y una guardia de honor formada por policías y bomberos, Soraya Martínez Ferrada asumió oficialmente ayer jueves la alcaldía de Montreal.

La escena, solemne y cargada de simbolismo, marcó el inicio de una nueva etapa para la metrópoli más grande de Quebec y uno de los centros urbanos más dinámicos de Canadá.

Martínez Ferrada, que llegó al país como refugiada chilena a los nueve años, se convierte en la segunda mujer en liderar la ciudad —después de Valérie Plante— y en la primera alcaldesa procedente de una minoría cultural.

Su historia personal, evocada entre lágrimas al pronunciar parte de su discurso en español, se ha convertido en una pieza central de su narrativa política: la de una ciudad que se quiere diversa, abierta y capaz de reinventarse.

Un mandato para “devolver la ambición” a Montreal

La nueva alcaldesa dijo asumir el cargo “con humildad”, pero con la determinación de devolver a Montreal “la ambición de ser una gran metrópolis”: no solo una ciudad líder en Canadá, sino un referente urbano internacional capaz de compararse con las grandes capitales globales.

Su victoria al frente del partido centrista Ensemble Montréal el pasado 2 de noviembre pone fin a ocho años de gobierno de la formación progresista Projet Montréal. La llegada de Martínez Ferrada simboliza, en parte, el deseo de un giro moderado y pragmático por parte del electorado, preocupado por temas inmediatos como el costo de la vivienda, la seguridad y, sobre todo, la crisis de personas sin hogar.

Una “economía de guerra” contra la falta de vivienda

La alcaldesa no dejó espacio a dudas sobre cuál será su prioridad: la lucha contra la creciente crisis de la indigencia. Habló de un auténtico “esfuerzo de guerra” e instó a los demás responsables municipales a unirse a una estrategia coordinada para atender el fenómeno, que ha desbordado refugios y provocado la aparición de campamentos improvisados en varios barrios de la ciudad.

A diferencia de otras posturas más punitivas, Martínez Ferrada prometió no desmantelar estos asentamientos sin ofrecer alternativas dignas.

Su enfoque mezcla urgencia humanitaria y presión política: anunció que buscará más recursos por parte del gobierno provincial y se prevé que este viernes dialogue con el primer ministro canadiense, Mark Carney, quien se encuentra en Montreal para inaugurar una nueva fase del tren ligero metropolitano.

Cambio, pero no ruptura

En campaña, Martínez Ferrada supo presentarse como la candidata del cambio sin alienar a sectores moderados. Prometió revisar —que no revertir automáticamente— algunas de las decisiones más polémicas del gobierno saliente, como la expansión de carriles bici y la peatonalización de calles.

Aseguró que escuchará a aquellos habitantes que “se sintieron ignorados”, un mensaje que parece apuntar a recuperar a los votantes frustrados tras años de transformaciones urbanas aceleradas.

También identificó otros desafíos “inmensos”: la vivienda asequible, la revitalización económica del centro urbano, la seguridad ciudadana y la sostenibilidad financiera del ayuntamiento.

Una historia que encarna la diversidad de Montreal

Detrás de la figura política hay un relato personal que resuena con la identidad multicultural de la ciudad. Llegada como refugiada hispanohablante, aprendió francés en clases para recién llegados y, como joven madre, recurrió a bancos de alimentos para mantener a su familia. Ese trayecto alimentó, según su propio partido, su vocación de servicio público.

Su carrera ha sido ascendente: concejala municipal en 2005, asesora política en el ámbito cultural y, desde 2019, diputada federal y ministra en un gobierno liberal. Su retorno a la política municipal simboliza un puente entre diferentes niveles de poder que podría beneficiar a Montreal en un momento complejo.

Una nueva mayoría femenina

La ciudad informó que, tras las elecciones, 55 mujeres y 48 hombres ocuparán cargos de representación, la primera vez que las mujeres superan numéricamente a los hombres en la estructura política local. Una señal clara del cambio generacional y cultural que vive Montreal.

Aunque algunos resultados aún están siendo disputados en los tribunales electorales, el mensaje general de estas elecciones es inequívoco: los montrealenses quieren renovación, pero también estabilidad. Quieren una ciudad ambiciosa, pero más inclusiva. Una metrópolis moderna, pero profundamente humana.

Soraya Martínez Ferrada comienza ahora la tarea de convertir esas aspiraciones en políticas tangibles. Como dijo emocionada desde el estrado: “Esta ciudad nos pertenece a todos. En esta ciudad, todos podemos contribuir”.

Un mensaje que, en una Montreal cada vez más diversa, suena tanto a declaración de principios como a hoja de ruta para los próximos años.

Crédito fotográfico: Getty Images


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