Los precios de los alimentos en Canadá han experimentado un fuerte aumento en los últimos años, lo que ha afectado al bolsillo de los consumidores y ha generado acusaciones de especulación por parte de las cadenas de supermercados. Según un informe de la Universidad Dalhousie, una familia media de cuatro personas gastará unos 16.288 dólares canadienses en comida en 2023, lo que supone 1.065 dólares más que en 2022. Los productos que más se encarecerán son las verduras, los lácteos y la carne.
¿Qué factores explican esta subida de los precios de los alimentos? Los expertos señalan varias causas, entre las que destacan las siguientes:
- La depreciación del dólar canadiense frente al dólar estadounidense. Esto hace que las importaciones de alimentos desde Estados Unidos sean más caras, especialmente las frutas y verduras frescas que no se cultivan en Canadá. Por ejemplo, en mayo de 2021, un dólar canadiense equivalía a 83 centavos estadounidenses, mientras que ahora vale unos 75 centavos.
- El cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. La sequía, los incendios y las inundaciones han afectado a la producción agrícola y a las cadenas de suministro tanto en Canadá como en otros países. Por ejemplo, la sequía en las praderas canadienses ha provocado una caída de la producción de cereales en 2021.
- La inflación general y el aumento de los costes laborales y energéticos. El índice de precios al consumo en Canadá se situó en el 2,8% en junio, dentro del rango objetivo del Banco de Canadá por primera vez en más de dos años. Sin embargo, los costes de la mano de obra y la energía han aumentado para los productores y distribuidores de alimentos, lo que se ha trasladado a los precios finales.
- La especulación y el abuso de posición dominante por parte de las cadenas de supermercados. Según una encuesta realizada por la Universidad Dalhousie, el 35% de los canadienses cree que este es el principal motivo del aumento de los precios de los alimentos. Los supermercados han obtenido beneficios récord durante la pandemia, mientras que algunos proveedores han denunciado prácticas abusivas como el cobro de tarifas adicionales.
Los economistas esperan que la inflación alimentaria se modere con el tiempo, a medida que se recupere la producción y la demanda se estabilice. Sin embargo, también advierten que el cambio climático seguirá siendo una amenaza para la seguridad alimentaria y que los consumidores tendrán que adaptarse a una mayor volatilidad y a una mayor conciencia ambiental.