“Quiero mi voto de vuelta”: El drama de una familia pro-Trump tras la detención de una madre canadiense en EE.UU.

To shared

THE LATIN VOX (6 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Durante años, Cynthia Olivera creyó que estaba haciendo lo correcto: trabajar duro, pagar impuestos y criar a sus tres hijos nacidos en Estados Unidos. Su esposo, Francisco, ciudadano estadounidense y ferviente votante de Donald Trump, también pensó que estaba apoyando al candidato que defendería a las «familias trabajadoras» y se enfocaría en deportar a “criminales peligrosos”.

Hoy, ambos viven una amarga contradicción: Cynthia ha sido detenida y enfrenta la deportación bajo las mismas políticas que su familia apoyó en las urnas.

“Nos sentimos completamente traicionados. Quiero mi voto de vuelta”, declaró Francisco Olivera a la cadena local KGTV, tras la detención de su esposa el pasado 13 de junio durante una entrevista migratoria en Chatsworth, California.

Deportada por el país que considera suyo

Cynthia Olivera, de 45 años, llegó a Estados Unidos desde Toronto cuando tenía apenas 10 años, traída por sus padres sin autorización legal. Vivió durante más de dos décadas en Los Ángeles, trabajando, pagando impuestos y formando una familia. Nunca fue acusada de ningún delito.

En 1999, las autoridades migratorias emitieron una orden de deportación rápida contra ella. Poco después, volvió a entrar a EE. UU. desde México sin ser detenida. “No me pidieron ciudadanía ni nada. Solo me hicieron una seña para pasar”, contó.

Durante la presidencia de Joe Biden, obtuvo un permiso de trabajo y comenzó a tramitar la residencia permanente. Sin embargo, la llegada de Trump al poder en 2024 cambió el panorama. En su entrevista para la “green card”, Cynthia fue detenida por agentes de Inmigración y Aduanas (ICE) y luego trasladada a un centro de detención en El Paso, Texas, donde espera su deportación a Canadá.

“Estados Unidos es mi país”, dijo entre lágrimas en una videollamada desde el centro de detención. “Aquí conocí a mi esposo, aquí fui a la escuela, aquí nacieron mis hijos.”

Las promesas que se volvieron pesadilla

Paradójicamente, la familia Olivera apoyó a Trump precisamente por su promesa de mano dura contra la inmigración ilegal. Francisco incluso dijo a KGTV que tanto él como Cynthia pensaban que ella no sería objetivo de esas políticas, ya que “no era una criminal”.

Pero la administración Trump ha dejado claro que cualquier persona sin estatus legal es deportable, sin importar su historia, contribuciones o lazos familiares. En un comunicado, un portavoz de ICE afirmó que Cynthia es “una extranjera ilegal de Canadá que ya había sido deportada y reingresó ilegalmente”, lo cual, subrayó, constituye un delito grave.

Desilusión y una dura lección

La situación ha puesto a los Olivera frente a una dura realidad: las políticas no hacen excepciones, ni siquiera para quienes las respaldaron. Ahora Francisco cuestiona todo lo que creía.

“Mi esposa, hasta hace un par de semanas, creía firmemente en lo que iba a pasar en los próximos cuatro años”, dijo. “Ahora todo cambió.”

Cynthia ha dicho a las autoridades que está dispuesta a pagar su viaje de regreso a Canadá, donde planea quedarse con una prima en Mississauga. Pero su salida no tiene aún fecha definida. Mientras tanto, sigue detenida, lejos de sus hijos y su hogar.

Una historia que no es única

El caso de Cynthia Olivera es uno entre muchos. A pesar del discurso oficial de centrarse en “criminales peligrosos”, la maquinaria migratoria bajo Trump ha apuntado incluso a madres de familia sin antecedentes, trabajadores que llevan décadas en el país y jóvenes que llegaron de niños.

Según organizaciones de derechos humanos, esto refleja una política migratoria basada más en el castigo que en la lógica humanitaria o legal, afectando incluso a aquellos que alguna vez la defendieron.

“El único crimen que cometí fue amar este país, trabajar duro y cuidar de mis hijos”, dijo Cynthia, con la voz quebrada.

En tiempos donde el debate migratorio se intensifica, la historia de los Olivera pone rostro humano a las consecuencias de las decisiones políticas. Es también un recordatorio de que, en el cruce entre la ideología y la realidad, las víctimas pueden estar más cerca de lo que uno cree.

Si desea apoyar a Cynthia Olivera, hay una petición en curso en Change.org solicitando clemencia y una revisión compasiva de su caso.

Crédito fotográfico: 10News.com


To shared