RDC: Francia busca una resolución de la ONU para nombrar a Ruanda como apoyo de los rebeldes del M23

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THE LATIN VOX (28 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La situación en la República Democrática del Congo (RDC) sigue escalando, con la ofensiva del grupo rebelde M23 avanzando rápidamente en el este del país. El gobierno congoleño y la comunidad internacional han expresado una creciente preocupación por el apoyo militar que el M23 recibe de Ruanda, una acusación que Francia intenta llevar ante el Consejo de Seguridad de la ONU a través de una resolución que identifique a Ruanda como el principal respaldo detrás de los ataques del grupo rebelde.

El papel de Ruanda en el conflicto

Según fuentes de la ONU, hasta 4,000 tropas ruandesas estarían escoltando a los rebeldes del M23, lo que ha desatado una reacción internacional enérgica. Este fin de semana, el M23 logró tomar por sorpresa varias partes de Goma, la ciudad más grande del este de la RDC, lo que ha intensificado aún más la crisis en la región.

En respuesta a estos acontecimientos, el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un llamado contundente a las fuerzas de defensa de Ruanda para que dejen de apoyar al M23 y retiren sus tropas del territorio congoleño.

Aunque la ONU no ha emitido sanciones directas contra el presidente de Ruanda, Paul Kagame, como se hizo en 2012 con medidas de presión que llevaron a Kigali a retirar su apoyo a los rebeldes, las tensiones siguen aumentando. Las declaraciones recientes de Guterres y otros funcionarios internacionales han resaltado el papel clave de Ruanda en este conflicto, pero las medidas concretas contra Kigali aún no se han materializado.

La resistencia de Occidente ante sanciones

Francia, en particular, ha sido una de las principales impulsoras de la resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU, con su embajador, Nicolas de Rivière, pidiendo que las acciones de Ruanda se reconozcan como una grave amenaza para la paz y la seguridad regional.

En sus intervenciones, Francia, junto con Reino Unido y Estados Unidos, ha señalado directamente a Ruanda como responsable del respaldo a los rebeldes del M23, llamando a una acción más decisiva.

Sin embargo, las grandes potencias occidentales han mostrado reticencia a imponer sanciones directas contra el gobierno de Kagame. Las relaciones diplomáticas entre Ruanda y países como Reino Unido, Francia y Estados Unidos han sido complejas y han influido en sus respuestas al conflicto.

El Reino Unido, por ejemplo, depende de la buena voluntad de Ruanda en acuerdos relacionados con el asilo de migrantes, mientras que Francia ha valorado la cooperación de Kigali en la lucha contra grupos rebeldes en la República Centroafricana y Mali.

Una respuesta internacional fragmentada

A pesar de los esfuerzos de Francia y sus aliados para presionar por una resolución de la ONU, otros actores internacionales adoptan posturas más cautelosas. Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, han expresado su preocupación por el contexto colonial del conflicto, sin nombrar explícitamente a Ruanda, mientras que varios países africanos miembros rotatorios del Consejo se han mostrado reacios a tomar medidas decisivas.

El presidente de Kenia, William Ruto, ha intentado llenar el vacío diplomático convocando una cumbre extraordinaria de la Comunidad de África Oriental (EAC) para discutir la crisis. Ruto ha insistido en que tanto el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, como Kagame asistirán, aunque no se ha confirmado oficialmente la participación del líder ruandés.

La acusación de explotación económica

El gobierno de la RDC ha sido firme en sus acusaciones contra Ruanda, acusando a Kigali de una «declaración de guerra» y de explotar los recursos minerales del país. Thérèse Kayikwamba Wagner, ministra de Asuntos Exteriores de la RDC, pidió sanciones económicas y políticas amplias contra Ruanda, incluidos los minerales etiquetados como ruandeses. Esta acusación ha sido respaldada por informes de expertos de la ONU que han documentado la explotación sistemática de los recursos naturales de la RDC por parte de Ruanda.

A pesar de estas acusaciones, los diplomáticos ruandeses defienden la presencia de su ejército en la RDC, argumentando que su intervención es legítima para proteger a la comunidad tutsi congoleña de las fuerzas rebeldes. Sin embargo, la comunidad internacional se mantiene escéptica sobre estas justificaciones, dado el contexto de los continuos conflictos armados en la región.

El futuro de la crisis y la necesidad de acción internacional

La situación en el este de la RDC sigue siendo extremadamente volátil, y las fuerzas de la ONU también están bajo amenaza. Recientemente, los cascos azules de Uruguay y Sudáfrica fueron atacados y asesinados por las fuerzas del M23, lo que resalta la creciente peligrosidad del conflicto.

En medio de la incertidumbre, la comunidad internacional debe decidir si tomará acciones concretas para frenar el respaldo de Ruanda a los rebeldes del M23 o si, por el contrario, se permitirá que esta dinámica continúe desestabilizando aún más a la región.

La resolución de este conflicto dependerá no solo de la presión diplomática y de las sanciones, sino también de un cambio en las dinámicas internas de Ruanda y la RDC. La situación es un recordatorio de cómo los intereses geopolíticos, económicos y regionales a menudo se entrelazan en los conflictos africanos, dejando a las poblaciones locales atrapadas en medio de la lucha por el poder y los recursos.

Crédito fotográfico: CBC News


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