Reacciones ante el gesto de Musk: ¿Un saludo nazi o una simple provocación?

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THE LATIN VOX (22 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

Elon Musk, el magnate tecnológico y propietario de X (anteriormente Twitter), se ha visto envuelto en una controversia tras un gesto que algunos interpretaron como un saludo nazi durante la inauguración de Donald Trump como presidente de EE. UU.

Aunque el gesto fue rápidamente desestimado por Musk, las reacciones de figuras políticas y medios en Europa, especialmente en Alemania, han sido intensas, abriendo un debate sobre el contexto y la intención detrás de sus acciones.

El incidente ocurrió cuando Musk, antes de la llegada de Trump al Capital One Arena de Washington, agradeció efusivamente a los seguidores del expresidente y, al hacerlo, extendió su brazo derecho de forma enérgica hacia arriba, en un movimiento rápido y repetido. Aunque no realizó la tradicional postura extendida del brazo con la palma hacia abajo, muchos observadores no pudieron evitar notar las similitudes con el infame saludo nazi.

En Alemania, donde el uso del saludo nazi está estrictamente prohibido por la ley, las reacciones no se hicieron esperar. Michel Friedman, un prominente publicista alemán y exvicepresidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, condenó rotundamente el gesto de Musk, calificándolo de una “provocación maliciosa” y señalando que este tipo de acciones representan un “punto peligroso para el mundo libre”.

Friedman, cuyo origen familiar está vinculado al Holocausto, expresó que el gesto de Musk le recordó a la brutalidad del régimen nazi, advirtiendo sobre la normalización de lo que calificó como una forma de deshumanización.

Por otro lado, Charlotte Knobloch, presidenta de la comunidad judía de Múnich y Baviera Superior, reconoció que el gesto fue preocupante, pero apuntó que lo realmente alarmante eran las posturas políticas de Musk, en particular su apoyo a la extrema derecha en Alemania.

Musk ha respaldado al partido Alternative für Deutschland (AfD), lo que ha generado inquietud entre aquellos que consideran sus posiciones como una amenaza para la democracia.

El gesto de Musk también atrajo la atención de figuras políticas internacionales. Olaf Scholz, el canciller alemán, criticó el apoyo de Musk a la extrema derecha, señalando que, si bien la libertad de expresión debe ser respetada, no se puede tolerar el respaldo a posiciones políticas extremistas.

Scholz instó a que se mantuviera la calma en la respuesta ante estas provocaciones, pero su comentario subrayó el creciente malestar hacia la influencia política de Musk en Europa.

El propio Musk respondió a las críticas en X, desestimando la controversia y acusando a sus detractores de utilizar “trucos sucios” para atacarlo, afirmando que el «ataque de ‘todos son Hitler’ está muy desgastado». Sin embargo, este intento de restar importancia al asunto no ha detenido el debate.

Algunos en Alemania, como el periodista Lenz Jacobsen, argumentaron que el gesto era claramente un saludo nazi, sin espacio para interpretaciones ambiguas. Para Jacobsen, no hay lugar para la duda: “El gesto habla por sí mismo”, afirmó en un artículo en Die Zeit.

En contraste, la Liga Anti-Difamación de EE. UU. (ADL) defendió a Musk, calificando el gesto como “torpe” y asegurando que no fue intencionalmente un saludo nazi. Según la ADL, Musk simplemente hizo un movimiento en un momento de entusiasmo y, por lo tanto, no debe ser acusado de realizar una provocación deliberada.

Este incidente ha dejado claro que, independientemente de las intenciones de Musk, su figura sigue siendo un foco de controversia. Las discusiones sobre el gesto han desviado la atención de otros temas críticos relacionados con Musk, incluidos sus intentos de influir en la política alemana y su respaldo a movimientos de extrema derecha.

Para algunos, como Michel Friedman, la responsabilidad política de Musk es crucial. “¿Fue el movimiento de la mano una expresión de su identidad política?”, preguntó Friedman, sugiriendo que este tipo de comportamientos podría tener implicaciones mucho más profundas que un simple error de cálculo.

El caso de Musk y su gesto se enmarca en un contexto más amplio de polarización política y el creciente protagonismo de figuras como él en el escenario mundial. Mientras algunos buscan encontrar excusas para su comportamiento, otros ven en estos incidentes una advertencia sobre el peligro de normalizar gestos y actitudes vinculadas a ideologías extremistas.

¿Es el gesto de Musk simplemente un error de juicio o una provocación estratégica en un momento de creciente tensión política global? Las reacciones seguirán alimentando este debate durante mucho tiempo.

Crédito fotográfico: Vanity Fair


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