El conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC) ha escalado dramáticamente con la entrada de los rebeldes del M23, respaldados por Ruanda, en las afueras de Goma, la ciudad más grande de la región oriental del país. Este avance ha sido calificado por el gobierno congoleño como una «declaración de guerra».
La ofensiva del M23 ha generado pánico entre los aproximadamente dos millones de habitantes de Goma, provocando desplazamientos masivos y una crisis humanitaria en desarrollo. El aeropuerto de Goma ha sido cerrado y las principales vías de acceso bloqueadas, dejando a residentes y personal de la ONU atrapados en la ciudad. Los rebeldes han amenazado con tomar el control total de Goma si el ejército congoleño no se rinde.
En medio de estos enfrentamientos, al menos 13 cascos azules internacionales han perdido la vida, subrayando la peligrosidad de la situación. El Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado una reunión de emergencia para abordar la crisis, mientras que la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea, ha condenado el apoyo militar de Ruanda al M23 y ha exigido el cese inmediato de dicha asistencia.
El gobierno congoleño ha respondido cortando relaciones diplomáticas con Ruanda y ordenando el cierre de sus actividades consulares en Kinshasa. A pesar de las negaciones de Ruanda sobre su implicación, informes de inteligencia y observaciones en el terreno indican una participación activa de las Fuerzas de Defensa de Ruanda en apoyo al M23.
La situación en Goma es crítica, con informes de tiroteos continuos y cortes de energía que agravan las condiciones de vida de la población. Las agencias humanitarias advierten sobre los riesgos intolerables para los civiles atrapados en medio del conflicto y la urgente necesidad de asistencia.
Este conflicto no solo amenaza la estabilidad de la RDC, sino que también tiene el potencial de desestabilizar toda la región de los Grandes Lagos, exacerbando las tensiones étnicas y políticas existentes. La comunidad internacional enfrenta el desafío de intervenir de manera efectiva para detener la violencia y promover una solución pacífica al conflicto.