Reid Hoffman: «Comience a utilizar la inteligencia artificial profundamente. Es un enorme amplificador de la inteligencia»

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THE LATIN VOX (23 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn y reconocido empresario del Silicon Valley, ha hecho una apuesta decidida por la inteligencia artificial (IA), defendiendo su potencial para transformar la sociedad de manera positiva, si se maneja de la forma correcta.

En su más reciente libro, Superagency, Hoffman aborda cómo la IA puede otorgarnos «superpoderes cognitivos», ampliando nuestras capacidades humanas individuales y colectivas. No obstante, también reconoce los riesgos inherentes a esta tecnología, como el desplazamiento laboral y las posibles disrupciones sociales, pero mantiene una postura optimista sobre el futuro.

El impacto transformador de la IA

Hoffman, quien también es conocido por su apoyo al Partido Demócrata y su oposición a las políticas de Donald Trump, ha hablado sobre cómo la IA puede ser un motor de cambio tanto en el ámbito político como empresarial. En una reciente entrevista, compartió su visión sobre cómo la inteligencia artificial podría influir positivamente en nuestras vidas si se utiliza adecuadamente.

El empresario subraya que, lejos de ser un enemigo, la IA se está convirtiendo en un «copiloto» esencial que nos ayudará a aumentar nuestras capacidades intelectuales. «Lo importante no es ‘protegerte’ de la IA, sino ‘amplificarte’ con ella», señala Hoffman.

En su libro, hace hincapié en que, aunque la IA puede eliminar ciertos trabajos, también abrirá nuevas oportunidades, permitiendo que las personas se concentren en tareas más creativas y estratégicas mientras las máquinas se encargan de las tareas repetitivas.

De los temores al progreso

La IA ha sido objeto de debate en muchas ocasiones, con detractores que alertan sobre sus riesgos.

Algunos temen que la automatización masiva conduzca a la obsolescencia laboral y a una mayor desigualdad.

Sin embargo, Hoffman no comparte esta perspectiva pesimista. «El riesgo es real, pero la historia nos ha mostrado que la humanidad ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos», comenta.

Se refiere a lo que llama la «Revolución Industrial Cognitiva», comparando el impacto de la IA con el de la Revolución Industrial del siglo XIX, que transformó la sociedad de manera profunda y a menudo dolorosa.

Para Hoffman, la clave está en el enfoque que se adopte hacia la IA. «Debemos utilizar una brújula tecno-humanista que nos guíe hacia tecnologías que aumenten la agencia humana», afirma.

Es decir, la IA debe ser una herramienta que sirva al ser humano y no que lo reemplace por completo.

Los chatbots, como ChatGPT, son un ejemplo de cómo la IA puede trabajar para nosotros y con nosotros, permitiéndonos tomar decisiones informadas y realizar tareas de manera más eficiente.

El futuro de los trabajos y la IA

Aunque Hoffman es consciente de que ciertos trabajos desaparecerán debido a la automatización, también cree que la IA permitirá a las personas asumir roles más interesantes y menos repetitivos. «El trabajo no desaparecerá, se transformará. Los profesionales de la información deberán integrar la IA en sus herramientas para seguir siendo competitivos», explica.

Para Hoffman, la clave está en adaptarse. Las personas que no utilicen herramientas de IA se quedarán atrás. Sin embargo, también resalta que la adopción de la IA no será un proceso sencillo. «Habrá una transición turbulenta», reconoce, pero asegura que los beneficios a largo plazo son indiscutibles. «Los trabajos repetitivos pueden ser automatizados, y los procesos creativos acelerados, lo que nos dará a todos más agencia», concluye.

El papel de los gobiernos en la regulación de la IA

Uno de los temas que Hoffman aborda en su libro es la necesidad de una regulación adecuada de la IA. Si bien es partidario de la innovación tecnológica, también cree que los gobiernos deben intervenir para garantizar que la IA se utilice de manera ética.

En este sentido, critica el enfoque de algunas administraciones, como la de Donald Trump, que ha tomado medidas para frenar regulaciones que, en su opinión, eran necesarias para minimizar los riesgos de la IA.

«El reglamento debe ser iterativo, al igual que el despliegue de la IA», sostiene Hoffman. «La clave es encontrar un equilibrio, avanzar de manera deliberada y permitir que el público, los clientes y los empleados aporten su retroalimentación». Asimismo, Hoffman subraya que la regulación no debe frenar la innovación, sino garantizar que esta se lleve a cabo de forma responsable y justa.

El camino hacia una IA positiva

En cuanto a la moralidad del sector tecnológico, Hoffman se muestra preocupado por algunos de los movimientos dentro de la industria, especialmente aquellos relacionados con la eliminación de iniciativas de diversidad e inclusión y el debilitamiento de la verificación de hechos en plataformas como Meta. «Las iniciativas de diversidad e inclusión son esenciales para asegurar que la tecnología beneficie a todos», afirma, destacando la importancia de no permitir que la desinformación se propague sin control.

Por último, Hoffman defiende que los sistemas de IA deben ser diseñados con valores humanos, incluso si se alcanzan niveles de inteligencia artificial más avanzados, como la inteligencia artificial general (AGI). «La clave es asegurarnos de que la IA sea una fuerza para el bien», concluye.

El optimismo de Reid Hoffman sobre la IA es contagiante, pero también es pragmático. Reconoce los desafíos que conlleva esta tecnología, pero también ve en ella una herramienta poderosa para empoderar a la humanidad.

A medida que la IA sigue avanzando, su capacidad para transformar industrias, mejorar nuestra vida diaria y potenciar nuestra creatividad se vuelve más evidente.

Sin embargo, como cualquier innovación disruptiva, su éxito dependerá de cómo elegimos manejarla.

Y según Hoffman, el futuro de la IA puede ser brillante si guiamos su desarrollo con una visión humana y ética.

Crédito fotográfico: Kelly Sullivan/Getty Images for LinkedIn


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